Cala Rajada se ha convertido en un polvorín y la tensión en sus calles es máxima. Los acusados de agredir a dos integrantes de la Policía Local de Capdepera propinándoles empujones y puñetazos siguen en libertad campando a sus anchas. Es más, desde los balcones de sus domicilios, se dedican a enfrentarse a los vecinos y a los propios agentes, tal y como puede observarse en vídeos publicados por nuestro portal web.
La indignación en el seno policial es máxima y los agentes no ocultan su enfado con sus compañeros del instituto armado por la falta de celeridad en la investigación y, especialmente, no entienden los motivos por los que los agresores no están detenidos. «Los tienen identificados y los quieren citar a declarar en el cuartel de Artà. ¿Por qué no los detienen?», apuntan los sindicatos policiales.
El primer edil, este domingo, mantuvo una conversación telefónica con la Delegación del Gobierno y tras la misma anunció que el martes ofrecerá una rueda de prensa donde piensa dejar las cosas claras.
Algunos de los integrantes del conflictivo clan gitano –que tiene atemorizado a gran parte del vecindario– no dejan de proclamar a los cuatro vientos que son confidentes y que por ese motivo son intocables. Por su parte, fuentes oficiales del instituto armado señalaron ayer que la USECIC, los antidisturbios, se habían retirado y que mantenían en el lugar algunas patrullas de la demarcación.
Este hecho ha sido rebatido por fuentes municipales, que sostienen que la única patrulla de la Policía Local de Capdepera con la que cuenta el municipio los domingos está fija en el lugar donde sucedieron los hechos. Todo ello para evitar que los agresores cumplan sus amenazas de acabar con la vida de los empleados del hotel.
La venta de droga en la zona se ha convertido en un foco de conflicto y el Ajuntament de Capdepera lo deja claro: «Si no actúa la Guardia Civil, lo haremos nosotros».