Todo comenzó como un juego sadomasoquista y de travestismo, pero se les fue de la manos para finalizar en 48 horas de secuestro, vejaciones y torturas.
Ultima Hora ha tenido acceso a los WhatsApps que se cruzaron los detenidos y la víctima antes de comenzar el violento y salvaje juego de rol. En los mismos, queda muy claro que es la propia víctima quien organiza y planifica un concurso con duros castigos para los perdedores y obtención de puntos para los ganadores.
De las conversaciones previas que mantuvieron víctima y agresores se desprende que existía un contrato por el que el discapacitado debería pagar cantidades comprendidas entre los 100 y 3.000 euros, llegando a jugarse importes superiores a los 20.000 euros.
El día 1 de marzo, a las 15 horas, una de las participantes y el denunciante, mantuvieron una conversación en la que pactaron la posibilidad de quemarle la lengua con agua hirviendo y coserle los labios. De hecho la dama dominante le explicaba que tendría que comer antes de que le cosieran la boca.
Tras conseguir una máquina de tatuar, una de las chicas pactó con el discapacitado que le realizaran tatuajes en todas las partes del cuerpo de penes, dibujos y frases. «Haced conmigo lo que os dé la gana, arrancarme las uñas», alentaba el perjudicado a los concursantes. Algunas de las pruebas establecidas y pactadas eran las siguientes: Arrancar las cejas en menos de cinco minutos. Dejar sin pelos al concursante. Aguantar sin ir al baño y quien pierda ser torturado con agua. Máximo de flexiones posibles y el perdedor recibir 10 patadas en los testículo. Salir a la calle 30 minutos vestido de mujer. Soportar 30 pinzas de hierro calientes o tatuarse Wölling Wurst. Otras de ellas eran mucho más duras e implicaban un dolor extremo.
Coser los dedos de la palma de los pies y manos, andar sobre trampas de ratones, pegarse los labios con pegamento y tatuarse penes en la cara. Una vez establecidas las reglas, los arrestados y la víctima, con un 38% de discapacidad intelectual, firmaron un contrato en el que el denunciante figuraba como director y productor del concurso ‘Cambia mi look' de la obra ‘capacitados Mallorca'.
Policía Nacional
«Nos gustaría que quedara claro que un menor o una persona con discapacidad no puede autorizar o firmar ningún tipo de consentimiento. Por ese motivo, realizar estas conductas son un delito», apuntó ayer en rueda de prensa el inspector jefe de prensa de la Policía Nacional, Alejandro Becerra.
Tras declarar ante el juez, la víctima fue acompañada hasta Palma donde se reunió con familiares y amigos. Las próximas dos noches está previsto que las pase en un hostal hasta que Asuntos Sociales gestione su ingreso en un centro tutelado.
Los tatuajes que presenta en todo su cuerpo deben cicatrizar durante unos 20 días. Posteriormente se someterá a un tratamiento en una clínica de estética para proceder a su eliminación.