Con cuarenta años de servicio a sus espaldas, el coronel Ramón Campillo del Río las ha visto de todos los colores. El jefe a nivel nacional del Grupo de Montaña de la Guardia Civil ha visitado Mallorca para comprobar, en primera persona, qué nivel tiene el equipo de rescate de la Isla.
¿Cómo ha visto al Grupo de Montaña?
—Muy bien. Si no fuera así habría venido antes para ponerles las pilas. Ese es mi trabajo.
En Mallorca tenemos continuamente rescates en parajes montañosos.
—Hay en toda España, no sólo aquí. La sociedad cambia y también hay más presencia migratoria. Ahora, las familias van más a la montaña que antes.
Aquí hemos tenidos turistas rescatados que salieron de excursión en chanclas.
—Bueno, la verdad es que imprudencias las hay en todos los lados. Todo el mundo puede tener un accidente en la montaña.
¿Se plantea el Gobierno cobrar por los rescates?
—Déjeme que le diga que eso es una serpiente que aparece cada verano. Desde 1976 hay ese debate. Fueron los gendarmes franceses los que crearon esa serpiente mediática, que aún sigue a día de hoy.
¿Entonces seguirá sin cobrarse?
—El tema del cobro de rescates en la montaña no es algo que tengamos planeado ahora. Es un difícil establecer qué es una imprudencia. El turismo es lo que da de comer a la Isla. Si un turista se accidenta en sa Calobra dejarán de venir excursionistas. El deber de la Guardia Civil es auxiliar y proteger. Y eso es lo que hacemos.
¿Qué cuesta un rescate?
—También es un tema complejo. Despegar el helicóptero puede tener sus gastos, pero no hacerlo también.
Los auxilios normalmente los hacen con los bomberos.
—Sí, la colaboración existe, pero los rescates los dirige la Guardia Civil. Los campos de actuación son diferentes. No creo que los bomberos estén preparados para muchas intervenciones complejas. Nosotros, sí.
En la actualidad la plantilla del GREIM de Mallorca la forman unos doce profesionales, ¿se va a ampliar?
—Espero que sí, y que sea en breve. Podría ser este año o quizás el otro. Deseo que no se tarde mucho, pero el incremento de las plantillas requiere la aprobación de comisiones interministeriales.
¿Qué hay que hacer para formar parte de esta unidad de élite?
—Es imprescindible tener un curso de montaña. A nivel físico es quizás el curso más duro de la Guardia Civil. Más, incluso, que el curso antiterrorista. El profesional debe saber moverse en todos los ambientes: hielo, roca, nieve, barrancos. Es muy duro.
¿Han fallecido muchos compañeros del Grupo de Montaña?
—Pues en toda la historia de esta unidad han perdido la vida ocho personas. Cuatro en un accidente de helicóptero, uno en atentado y tres en la montaña.
Usted es de la vieja escuela: hace los ejercicios más duros junto a sus hombres y mujeres.
—Mi trabajo fundamental es la gestión. La cultura de la seguridad en la montaña. Soy de oficina, pero mire mis manos (muestra los callos). Ayer, por ejemplo, me descolgué del helicóptero durante los ejercicios en el Cap Blanc. Es más razonable que el jefe que te exige sepa de primera mano lo que está exigiendo.
Pero hay que estar muy en forma para seguir el ritmo de los jóvenes.
—Sí, pero llevo desde los 14 años practicando deporte. Y tengo 59 años.
¿Conoce nuestra montaña?
—Un poco. Me gustaría mucho hacer el tramo de sa Fosca. Pero debe decirle que yo vengo de Espeleología y las cuevas me encantan. Tengo mucho interés en visitar Vallgornera.