La madre de Marta Calvo, la joven de 25 años desaparecida desde el 7 de noviembre del pasado año en Manuel (Valencia) y sobre la que Jorge Ignacio P., el único arrestado, ha reconocido que descuartizó tras una muerte accidental, ha lamentado que en España «sale barato matar y violar».
La madre de la joven se ha pronunciado así en un escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, con el que ha querido agradecer la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) y manifestar cómo se siente cuando se cumplen siete meses de la desaparición de su hija.
«Soy una madre abatida por el dolor y la desesperación», comienza diciendo en el escrito, en el que añade que también se siente «frustrada» por no poder hacer más de lo que hace. «Hay una niña con una vida truncada, una madre destrozada, una familia hundida por el dolor, un hermano que nunca más podrá disfrutar de su hermana, y unas leyes que poco ayudan», ha criticado.
Y en este sentido añade: «Y ya no es que ayuden poco, es que nos tienen totalmente desprotegidos, vendidos, pues a los asesinos, violadores o maltratadores les sale barato en este país matar, violar, vejar o maltratar», opina.
La madre de Marta Calvo se dirige a políticos y jueces para preguntarles si sabían que el único arrestado por estos hechos estaba en España con su permiso de residencia caducado, además de condenado por tráfico de drogas. «¿Conocían que se le puso en libertad con fianza hasta la celebración de su próximo juicio? Párense a pensar, si este señor no hubiese disfrutado de esa libertad bajo fianza, o hubiese sido deportado a su país por no estar sus papeles en regla cuando le caducaron, hoy Marta estaría conmigo».
Y lamenta que lo tuvo de frente, después de que su hija le mandara la ubicación de la vivienda a la que se dirigía y de no saber de ella en varias horas, y le negó haber estado con ella, e incluso conocerla. Luego se entregó a la guardia civil. «A pesar de ello, arrestado y encarcelado, se acoge a su derecho a no declarar, y Marta sigue sin aparecer. ¿Es necesario todo este sufrimiento?», se ha preguntado.
«¿De verdad que en este país vamos a seguir perdonando a esta clase de individuos con condenas irrisorias?; ¿Cuando van a cambiar las leyes?; ¿Por ejemplo la del derecho a no declarar?», se ha seguido interrogando.
«Más protegidos en la cárcel»
A su entender, las leyes están «obsoletas» y «no hacen justicia». «Prisión máxima con o sin cuerpo, obligación de declarar y declarar la verdad o más pena, y menos condescendencia con estos individuos que al final están más protegidos ellos en la cárcel que nosotros y nuestros hijos en la calle», ha apostillado.
«España y los españoles somos un país que merecemos más y mejor (...) Estamos totalmente desprotegidos, vivimos con miedo sumado al dolor, rabia e impotencia, mientras estos delincuentes están en las cárceles con comida, bebida, gimnasios, todo tipo de comodidades, protegidos, cuidados, cotizando y con derecho a paro, pudiendo estudiar gratuitamente, mientras el resto de los españoles hacemos un esfuerzo por trabajar».
La madre de Marta Calvo se muestra «consciente» de que estos delincuentes están privados de libertad, pero advierte: «Se lo han buscado, y mientras ellos solo viven coartados de su libertad, mi hija Marta Calvo Burón, no vive. Mientras a estos asesinos sus familias pueden ir a visitarles, yo ya nunca más podré decir voy a ver a mi hija Marta.
Señores, dolor, mucho dolor, leyes obsoletas, poco duras, y que dejan al delincuente asesino o violador seguir haciendo lo que en gana les viene, pues a fin de cuentas les sale barato», ha reiterado.
«A mi hija ya nadie me la va a devolver con vida, lucho por darle su descanso en paz y hacerle justicia como ella merece, pero voy a luchar porque las leyes cambien y en manos de los políticos hay mucha fuerza para que esto se consiga. Pienso y creo que nos lo merecemos, que se puede conseguir cambiar estas leyes, endurecerlas (...) Creo que ante leyes más duras y condenas más duras, estos depravados asesinos, violadores y delincuentes se lo pensarían un poquito más, quizás hasta el punto de no hacerlo».