No hay nada más mediterráneo que sacar las sillas a la calle y tomar el fresco. Charlar con los vecinos y los amigos mientras, tranquilamente, la vida pasa delante de nuestros ojos. Y si es cerca del mar mejor que mejor. Un par de turistas llevaron recientemente esta práctica al extremo, llegando a un punto peligroso en la Avenida Europa, ubicada en el Arenal de Llucmajor. Una vecina que estaba ojo avizor lo presenció, e inmortalizó el momento con su teléfono móvil.
Desconocemos en qué momento los chicos decidieron traspasar la línea, saltar la barrera y contra toda lógica y sentido común instalarse con toda comodidad y sin ningún pudor sobre el voladizo de chapa de la tienda de souvenirs de abajo.
Lo que sí está claro es que el techo lo soportó. De haberse derrumbado nos hubiéramos enterado, y su caso hubiera ocupado algún lugar más o menos destacado en la crónica de sucesos. Lo que también está claro es que, probablemente, ambos mozos no habrían consumido agua mineral. Ello se infiere observando su comportamiento y las cinco botellas vacías de un litro de cerveza que de un vistazo de aprecian en la imagen.
La fotógrafa fortuita que recogió el momento, de nombre Carmen, reconoce que no todos los turistas son iguales, pero el comportamiento de algunos empaña la imagen generalizada y causa vergüenza ajena.
Con esta publicación la vecina lanza un mensaje a los que tienen alguna facultad y poder de decisión en esta materia, para que se controle más, «se escuchen» las problemáticas de los residentes y «dejen de pasar desgracias».