Era una tarde cualquiera de las últimas dos semanas en Palma. Una mujer, a la que llamaremos Cristina porque desea preservar su identidad, caminaba por el centro de la ciudad junto a sus hijos pequeños. Los niños ya habían salido del colegio e iban hablando sobre cómo les había ido el día. Al llegar a la calle Sant Miquel y de manera sorpresiva, un hombre desconocido aborda a la madre por la espalda: «Me agarró por el cuello y me empotró contra la pared. Los niños lloraban y gritaban».
Es el testimonio de una de las mujeres que en las últimas semanas han resultado agredidas en Palma por un hombre perturbado. El caso estaba siendo investigado por la Policía Nacional, tras la denuncia de varias víctimas, hasta que este lunes, con la detención del quinto pirómano, los agentes confirmaron que se trataba de la misma persona.
El hombre, un jubilado de 62 años de Galicia, actuaba contra las mujeres de manera indiscriminada, no le importaba agredirlas a plena luz del día, en lugares céntricos y concurridos. El testimonio al que ha tenido acceso Ultima Hora cuenta que vivió instantes de «terror». «No entendía que estaba pasando. Aquel hombre estaba ido, decía frases sin sentido, mientras me tenía bloqueada contra la pared».
Al detenido no le importaba ser visto. «Era por la tarde, había gente por la calle. Había gente viendo lo que ocurría y no hacían nada», cuenta Cristina. En un momento dado, le agarró fuerte de una mano, «me hizo tanto daño que grité». Fue entonces cuando varias personas de un bar cercano, se levantaron para auxiliarla. «Al ver la situación, me soltó y se fue. Yo sólo intentaba calmar a mis niños, que lloraban al ver que me agredían».
Este testimonio cuenta que al parecer no fue la única víctima de ese día. «Varias personas me dijeron que ese hombre había hecho lo mismo a otras mujeres esa misma tarde, en el mismo sitio». Las abordaba, se marchaba y volvía en búsqueda de nuevas víctimas.
Al ver la imagen del hombre detenido en Ultima Hora, esta afectada respira tranquila, aunque todavía con el susto en el cuerpo. «Al ver su cara, me han temblado las piernas».
El agresor ya había sido detenido anteriormente por agredir a varias mujeres en la plaza de España. El juez le dejó en libertad con cargos.