La Audiencia de Valladolid ha condenado a veintisiete años y once meses de cárcel a Davinia M.G., la madre de la niña de 4 años Sara, y a prisión permanente revisable a la pareja de la mujer, Roberto H.H., por el asesinato de la pequeña en agosto de 2017 tras sufrir violación y maltrato continuado.
La sentencia, notificada este miércoles, establece la condena para la madre de la menor por comisión por omisión, lo que supone no haber protegido de la forma en que debía a su hija, y considera al procesado autor material de los hechos.
La resolución judicial, firmada por el presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, Feliciano Trebolle, se ha basado en el veredicto del jurado popular que deliberó sobre el caso -integrado por cuatro mujeres y cinco hombres- e hizo pública su decisión el pasado 25 de mayo.
En concreto, el fallo de la sentencia establece prisión permanente revisable para el compañero sentimental de la madre de la pequeña en el momento de los hechos por un delito de asesinato -y no homicidio-, ya que fue cometido con alevosía -la niña no pudo defenderse- y con ensañamiento -causando más dolor del necesario para originar el fallecimiento-.
Fija también para Roberto H.H. veintidós años de prisión por cuatro delitos de maltrato a persona especialmente vulnerable, un delito de maltrato habitual y un delito de agresión sexual a menor de 16 años, y considera que en todos los delitos concurre la circunstancia agravante de odio por el origen rumano de la niña.
Por su parte, la condena para la madre de Sara establece 25 años de prisión como autora por comisión por omisión del delito de asesinato, con alevosía pero no con ensañamiento en este caso.
Por tres delitos de maltrato con lesiones y un delito de maltrato habitual, la Audiencia ha establecido dos años y once meses de prisión para Davinia M.G., como autora igualmente por comisión por omisión.
En todos los delitos, para la progenitora de la pequeña se han aplicado las atenuantes de obcecación y confesión que apreciaron los miembros del jurado popular.
Los dos procesados deberán indemnizar de manera conjunta al padre de la niña con 85.000 euros, y a su hermana, que tenía 12 años cuando ocurrieron los hechos, con 70.000 euros.
El magistrado presidente no priva de la patria potestad a la condenada en relación con la hermana de Sara ni le prohíbe comunicarse con ella al aplicar la jurisprudencia del Tribunal
Supremo, que exigiría para ello que la otra hija de Davinia M.G. hubiera sufrido los hechos o presenciado los mismos, además de que la acusada no ha sido considerada autora material de los delitos.
Roberto H.H. es el décimo condenado a prisión permanente revisable, que fue incluida en el Código Penal en 2015 con el apoyo del PP y recurrida ante el Tribunal Constitucional, que aún no se ha pronunciado.
Según han precisado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), se trata de la primera condena a prisión permanente revisable dictada en esta comunidad autónoma como resultado de un veredicto de culpabilidad emitido por un jurado.
Sara, de 4 años, falleció el 3 de agosto de 2017 en el Hospital Clínico de Valladolid después de que los servicios sanitarios la asistieran en su casa, en el barrio de la Rondilla de la capital, donde se encontraba en parada cardiorrespiratoria.
Entre los hechos que consideró probados el jurado figura que el padre de la niña y dos tíos maternos observaron el 23 de junio de 2017 que Sara tenía hematomas en el cuerpo, lo que le comentaron a la madre, quien no le dio importancia.
Fijaron que esos hematomas fueron causados por Roberto H.H. y que la madre de la pequeña sabía que su pareja podía llegar a causar tales lesiones a la menor, pese a lo cual no adoptó las medidas de precaución necesarias para proteger a su hija.
Respecto a otras lesiones que presentaba la pequeña, el jurado también consideró que se las originó Roberto y que Davinia sabía que se las podía causar. El veredicto estableció además que el 2 de agosto, cuando la madre se fue a trabajar (era cabo del Ejército), el procesado violó a la pequeña, quien logró arañarle levemente en manos y brazos.
A sabiendas de que podía matar a la pequeña, el encausado la golpeó en varias ocasiones, impactándole la cabeza contra una superficie plana, causándole heridas por el cuerpo y arrancamiento de una uña de cada pie, según resolvió el jurado.