De los juzgados de Via Alemania a la sede del TSJB hay 600 metros. En dos meses ha sido imposible que recorra esa distancia la causa que implica a un juez y a un fiscal en detenciones ilegales, falsedades y media docena de delitos más. El cinco de abril revientan los WhatsApp del juez Manuel Penalva, el fiscal Miguel Ángel Subirán y los agentes del grupo de Blanqueo. Dos inspectores de la Policía Nacional, el fiscal Juan Carrau y el juez Miquel Florit, ven indicios de gravísimos delitos en la instrucción del ‘caso Cursach'. A toda prisa se envía el informe policial al TSJB y se piden medidas cautelares contra Penalva y Subirán. El Superior lo devuelve por problemas formales. 56 días después la causa no se ha movido de Vía Alemania, está suspendida y ni siquiera tiene un juez al frente.
Camino del TSJB
Tras la devolución de la causa al juzgado de Instrucción 12 los trámites estaban claros: el juez Florit tenía que preguntar a las partes sobre la competencia ante la presencia de dos aforados, Penalva y Subirán y después hacer una exposición razonada para elevarla a la Sala de lo Civil y Penal del TSJB. El magistrado dio traslado a las partes, ante la demora fijó un plazo de diez días que habría caducado el 24 de mayo, aunque luego lo amplió. Comenzaron a llegar escritos en la línea prevista: las acusaciones particulares, entre ellas Bartolomé Cursach, Bartolomé Sbert, la asociación JAVA -representada por el abogado más beligerante contra Penalva y Subirán, ‘Coco' Campaner- y otros investigados quieren que la causa pase al TSJB para investigar al juez y el fiscal. De momento no hay escritos de las defensas. Ni de los fiscales de Madrid nombrados para el caso.
Recusación
En medio de toda esa tramitación, la defensa del inspector del Grupo de Blanqueo, plantea un incidente de recusación contra el juez Miquel Florit. El motivo es la imputación de éste en el TSJB por la querella interpuesta por Diario de Mallorca y Europa Press por la incautación de los móviles de dos periodistas. El juez declaró el pasado siete de abril por este motivo y la recusación se planteó semanas después. Florit se ha abstenido de la causa mientras la Audiencia Provincial resuelve este incidente. Se repite el esquema: los policías de Blanqueo ya han informado a favor de la recusación y las acusaciones se oponen porque se ha planteado fuera de tiempo. Fiscalía tampoco ha informado aún.
Abstenido
Mientras la recusación llega a la Audiencia y con Florit ‘abstenido', la instrucción pasaba al juez de Instrucción 7, Antoni Garcías. También se abstiene: la letrada de la administración de justicia de su juzgado está casada con un policía local imputado en el ‘caso Cursach'. La Audiencia también tiene que dar el visto bueno a esta abstención. Mientras tanto, Garcías toma una única decisión: suspender la tramitación del caso. Paralizado, quieto y sin juez, es como está el asunto. Otros magistrados de instrucción tienen también otras causas de abstención posibles: amistad con Penalva o con Subirán ya sea directa por sus cónyuges. Ninguno es competente para investigarlos, pero tendrían que enviarlos al TSJB, un paso que parece inevitable.
Los mensajes
La única decisión tomada en estos dos meses es mantener los WhatsApp en cuarentena. La policía apuntó en su informe que sólo incluía la «punta del iceberg». Las acusaciones quieren acceder, pero, por ahora se les ha dicho que no porque puede haber datos personales y es necesario hacer una limpieza. La actividad sí continúa en la Jefatura de la Policía Nacional. Los dos inspectores siguen interrogando a testigos y contrastan los mensajes. Entregarán más informes: de momento hay tres.
‘Caso Cursach'
La parálisis se extiende al ‘caso Cursach'. Ante la posible afectación de pruebas, el juez Florit adoptó decisiones para evitar la llegada inmediata de ningún asunto a juicio. De parado que está todo, hasta han aflojado los rumores en Via Alemania.