La conductora polaca que arrolló y mató a Paula Fornés en sa Ràpita pide que la exculpen porque la Policía Local de Campos no le leyó sus derechos en su idioma tras su arresto. El abogado de la mujer indica en su escrito de defensa que la acusada «no comprende ni habla castellano» y que la información de sus derechos se hizo únicamente en esa lengua. «La detenida no tuvo en ningún momento conocimiento de la posibilidad de solicitar la prueba de contraste», señala el letrado Miguel Ángel Ordinas, que añade que el alcoholímetro que utilizaron los agentes no cumplía los requisitos.
El accidente ocurrió en torno a las dos menos veinte de la madrugada del 24 de junio de 2018. Renata G., de 45 años, conducía bebida el Skoda Fabia de su marido por la avenida Miramar de sa Ràpita. A la altura del número 117, perdió el control del vehículo, se salió de la carretera e invadió el carril bici embistiendo a un grupo de seis menores. Paula Fornés, de 15 años, se encontraba entre ellos. Murió en el acto.
La conductora se dio a la fuga, pero pudo ser identificada gracias a la colaboración de dos testigos que circulaban a bordo de un coche en dirección a s'Estanyol. Los dos jóvenes localizaron a la autora del atropello en la plaza de Ses Palmeres cuando intentaba colocar el retrovisor. Uno de ellos le quitó las llaves del contacto y la acusada le dijo que quería irse a su casa.
Al cabo de unos instantes le manifestó que se había despistado cinco segundos con el móvil y no sabía qué había ocurrido. La Policía Local, que acudió al lugar, realizó la prueba de alcoholemia a la conductora. La mujer cuadruplicó la tasa máxima permitida, fue detenida e ingresó en prisión. Estuvo once días.
La Fiscalía solicita una condena de cinco años de cárcel para la mujer por un delito de homicidio imprudente y falsedad en documento oficial. Renata G. utilizaba un carné de conducir de su país que era falso. Los abogados de la familia de la víctima, Daniel Castro y Manuel Ponce, piden once años y un mes de prisión.
Prisión preventiva
Renata G. estuvo once días en prisión preventiva. La mujer pagó 12.000 euros de fianza y abandonó el centro penitenciario de Palma. La jueza de Instrucción número 3 de Manacor prohibió a la mujer salir de España y conducir vehículos a motor. Desde entonces ha acudido cada 15 días a firmar en el juzgado. La magistrada entendió que no existe riesgo de fuga, ya que la polaca reside en Mallorca, desde hace más de diez años, junto con su marido y sus dos hijos.