Un centenar de agentes de la Guardia Civil tomaron sa Pobla a las 6.30 horas de la mañana del 10 de enero de 2017. La ‘operación Tiliuin' desarticuló una banda de narcotraficantes que servía droga a domicilio. El caso llegó este miércoles a juicio. Los nueve miembros de la organización aceptaron en la Audiencia de Palma penas que suman 34 años y nueve meses de cárcel y más de 100.000 euros en multas por vender cocaína y marihuana entre 2016 y 2017.
Los nueve acusados, ocho hombres de origen marroquí y una mujer española, formaron parte de una red dedicada a la distribución de sustancias estupefacientes. El cabecilla, conocido como ‘Chico', se encuentra en prisión provisional. Admitió cinco años de prisión.
La Fiscalía sostiene que dirigía el grupo en el que participaban familiares y amigos. El acusado que asumió la pena más alta, seis años de cárcel, utilizaba en ocasiones a su hijo menor de 16 años para vender droga.
Los integrantes de la banda usaban numerosos móviles para evitar ser descubiertos por la Guardia Civil. Los narcos se reunían en una tienda tapadera del líder del clan. El jefe realizaba allí todas las reuniones con las personas que se dedicaban al tráfico de drogas. Los investigadores se incautaron de 14 vehículos que los sospechosos utilizaban para transportar las sustancias estupefacientes.
Uno de los acusados, que se encargaba de custodiar la droga en un piso, se encontraba durmiendo cuando los agentes irrumpieron en su domicilio. El hombre lanzó por la ventana a un tejado vecino gran cantidad de cocaína y una balanza de precisión.
El Ministerio Público reclamaba en un principio penas que suman 77 años y medio de cárcel para la banda, pero este miércoles, tras una larga negociación con las defensas de los acusados, rebajó su petición.