La tenista checa Petra Kvitova todavía recuerda los «ojos» del hombre que intentó entrar en su casa en diciembre de 2016 y que en el forcejeo le provocó graves heridas en su mano izquierda que pudieron costarle su carrera deportiva.
«Supe que era él en el momento en que le vi (en las fotos que le proporcionó la policía). Recordé sus ojos, principalmente», confesó Kvitova durante su declaración en el juicio de este martes sobre este incidente.
Para evitar una confrontación directa con el sospechoso durante el juicio, la tenista se sentó en una sala separada en el juzgado regional de Brno y dio una explicación detallada, a través de un micrófono y una cámara, de cómo el hombre entró en su apartamento y la atacó.
Este tocó el timbre de su puerta a las 8.30 horas, haciéndose pasar por un trabajador que había venido a inspeccionar el sistema de agua caliente en el apartamento, según el sitio web checo de noticias www.idnes.cz.
Cuando la tenista abrió el grifo en su casa, después de que el agresor se lo pidiera, este le puso un cuchillo en su cuello. «Lo agarré con las dos manos y sostuve la hoja con la mano izquierda. Me la quité del cuello, caí al suelo y vi que había sangre por todas partes», señaló una Kvitova que no sintió dolor cuando el atacante le cortó la mano, pero sí lloró cuando vio «la sangre».
«Se cortaron todos los dedos de mi mano izquierda y se cortaron los nervios de mi pulgar y mi dedo índice. Incluso hoy en día, la movilidad no es del 100 por ciento, no tengo sensibilidad en las puntas (del pulgar y del dedo índice)», confesó.
Tras el ataque, Kvitova intentó alcanzar su teléfono móvil en la alfombra, pero el asaltante no se lo permitió. Ella le pidió ir al hospital y le preguntó si quería dinero. «Me preguntó que cuánto tenía. Dije que 10.000 coronas (388,12 euros) y dijo 'OK'. Le di el dinero, se fue y llamé a la ambulancia y luego a la policía», agregó.
Kvitova sufrió heridas graves en su mano izquierda y no pudo regresar al tenis profesional hasta mayo de 2017, llegando, 18 meses después, a su primera final tras el ataque en el Abierto de Australia de 2019.
El sospechoso enfrenta a 12 años de cárcel si es declarado culpable. Ya ha sido condenado a 2,5 años por otro caso y su juicio en el caso Kvitova continuará con el testimonio de expertos.