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La menor que apuñaló a su madre en Banyoles dice que creyó que solo estaba herida

Decenas de vecinos se han concentrado a las puertas del ayuntamiento de Banyoles para guardar cinco minutos de silencio por la mujer asesinada. | Robin Townsend

| Banyoles |

La menor que mató a su madre el miércoles en Banyoles (Girona) ha declarado que tan solo quería «darle un escarmiento» y al abandonar la casa familiar creía que tan solo la había herido, según ha explicado el abogado de oficio que la defiende, Josep Costa.

La magistrada del Juzgado de Menores de Girona ha acordado el internamiento cerrado y terapéutico de la joven, de 17 años, en un centro de menores durante seis meses, prorrogables por tres más, en el caso que no se hubiera celebrado el juicio de la menor.

La joven, que había sido adoptada en Rusia, confesó que había matado a su madre, que falleció a causa de heridas de arma blanca, una de ellas en el cuello, en el domicilio familiar de Banyoles.

Junto al cuerpo de la madre se encontró una nota manuscrita en la que la joven reconocía implícitamente lo ocurrido, según los investigadores.

Tras el crimen, la joven se marchó de la casa y se fue a la peluquería y al instituto donde estudia, hasta su detención ayer en una vivienda familiar de Castell Platja-d'Aro.

El letrado ha explicado que la joven ha declarado que «quería dar un escarmiento a su madre, pero no supo que la había matado hasta que se lo dijeron los Mossos d'Esquadra cuando la detuvieron en Platja d'Aro».

La joven, que ha declarado durante más de dos horas, «lo ha explicado todo con mucho detalle», según su abogado. «Ella solo quería darle un escarmiento, hacerle una pequeña herida, cerró la puerta de la habitación, y cuando se fue tenía miedo que su madre la hiciera buscar por la policía y la hiciera volver a casa, y ella no quería», ha detallado el letrado.

Josep Costa ha explicado que la relación entre la madre y la hija era mala desde que se separaron sus padres hace dos o tres años, a lo que se suman los problemas psicológicos de la joven.

Madre e hija, según esta versión, tuvieron una discusión muy fuerte y la menor se levantó con dolores de cabeza y «obsesionada», por lo que fue a la habitación de la madre para darle un escarmiento. «Entró y estaba todo oscuro, cogió el cuchillo y se lo clavó una sola vez y ni la vio, salió sin ver qué había en la habitación, abrió la luz del pasillo, vio un poco de sangre, cerró la puerta asustada y se fue», ha detallado el abogado.

La menor, según su abogado, se marchó para evitar que su madre le reprochara haberla herido y se fue a la peluquería a teñirse el pelo de negro en señal de rebeldía, porque su madre siempre le decía que «estaba muy guapa siendo rubia» y quería demostrarle que era ella quien mandaba.

A continuación, se fue al instituto, donde asistió a la penúltima clase del día, explicó a sus compañeros que se había enfadado con su madre y, al ver que tenía las llaves del apartamento familiar, se marchó allí, según ha declarado, siempre para evitar la reprimenda de su madre.

Cuando los Mossos d'Esquadra la detuvieron, la joven pensó que era su madre que los enviaba y cuando le dijeron que había muerto, «entonces se hundió», ha asegurado su abogado.

La chica, que cumple la mayoría de edad el 11 de junio, primero estará tres semanas en el Centro de Educativo de Justicia Can Llupià, en Barcelona, y luego ingresará en la Unidad Terapéutica de Justicia Juvenil Els Til·lers de Mollet del Vallès.

La defensa ha anunciado que pedirá una evaluación psicológica de la joven, que había estado internada y que tenía «un principio de esquizofrenia y de trastorno bipolar», por lo que se estaba medicando. «El padre no ha querido saber nada de ella», ha asegurado el abogado de oficio, por lo que en la reconstrucción del crimen tuvo que ser asistida por el Ministerio Fiscal, ya que al ser menor debía estar presente un tutor legal.

Minuto de silencio

Por otra parte, decenas de vecinos se han concentrado este viernes a las puertas del ayuntamiento de Banyoles para guardar cinco minutos de silencio por la mujer de 53 años asesinada por su hija.

La expresión de dolor ha estado encabezada por el alcalde de la ciudad, Miquel Noguer, frente a la bandera oficial, que ondea a media asta en un municipio donde se han decretado dos días de luto por este suceso.

Noguer, al término de los cinco minutos, ha explicado a los medios de comunicación que la familia de la víctima recibía atención de los servicios sociales, pero sin entrar en detalles sobre los problemas psicológicos que supuestamente sufre la presunta matricida «porque hay secreto de sumario».

El alcalde ha añadido únicamente que ni le consta la existencia de denuncias por algún tipo de maltrato ni tampoco advertencia alguna desde el instituto en el que estudiaba la presunta homicida, que declara esta mañana en la Fiscalía de Menores en Girona.

Miquel Noguer ha reiterado que «el sentimiento del consistorio es el general de la ciudadanía», que ha concretado en que «cuando oyes de una muerte violenta que queda lejos es algo que te horroriza y, cuando pasa en casa, crees que es inadmisible».

Noguer ha conversado con la familia de la víctima y se ha puesto a su disposición, mientras la menor declara en Girona a la espera de conocer si la jueza acepta la petición de la Fiscalía de internarla en régimen cerrado, que equivale a la prisión provisional en el caso de los adultos.

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