Chris Watts, conocido como «el monstruo de Denver», confesó en agosto de este año haber asesinado a su mujer embarazada, Shanann Watts, y a sus hijas Celeste y Bella. El hombre de 33 años enterró a su mujer en una tumba poco profunda cerca de la casa familiar en Colorado (Estados Unidos), mientras que arrojó los cuerpos de sus hijas en tanques de petróleo, propiedad de su antiguo jefe.
El asesino fue arrestado un día después de haber realizado un llamamiento en televisión pidiendo «que su familia regresase a casa» después de denunciar su desaparición en Facebook. El temor a ser condenado a muerte hizo que Watts se declarase culpable, pero en realidad la solicitud de no pedir la pena de muerte vino de la familia de Shanann.
Según la Fiscalía, Sandra, la madre de Shanann, afirmó que «él tomó la decisión de quitar esas vidas. No quiero estar en la posición de decidir quitar la suya». Watts será sentenciado a reclusión perpetua el próximo 19 de noviembre.