Cuando han pasado casi cinco años desde la desaparición de la adolescente Malén Ortiz en Magaluf, y una vez que las diligencias parecían encalladas, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha decidido abrir nuevas líneas de investigación y repasar las antiguas, por si se les pasó por alto algún detalle. La Comandancia de Palma, lejos de cerrar el caso, está más determinada que nunca a localizar «la pista definitiva» que les lleve hasta la menor.
En una reciente y secreta reunión, los investigadores decidieron impulsar el caso modificando la metodología y abriendo otras vías, que hasta ahora no habían abordado.
Solución
Las fuentes judiciales consultadas por este diario señalaron que «hemos pasado por allí donde está la solución del caso, pero no hemos reparado. Por eso ahora repasamos todo lo hecho hasta el momento e incorporamos nuevas líneas». La Unidad Central de Madrid, la élite en este tipo de casos de desapariciones, ha estado en Palma comprobando los avances y los expertos han refrendado los métodos de la Policía Judicial de aquí.
También se han desplazado a la Isla psicólogos, que han tenido acceso a parte del sumario para aportar su punto de vista. Uno de los datos más llamativos es que la Guardia Civil ha confiado la investigación también a un reducido grupo de veteranos, con amplios conocimientos en el mundo de la investigación, para que revisen todo el trabajo realizado hasta la fecha y aporten sus opiniones.
Lo cierto es que el trabajo de la Benemérita durante estos años ha sido ímprobo y se han tomado cientos de declaraciones de testigos y sospechosos. Ese material va a ser filtrado de nuevo, «por si se quedó algo en el camino».
Malén Ortiz tenía 15 años cuando se bajó de un autobús en la rotonda de Piratas, el 2 de diciembre de 2013. Era un tramo relativamente corto hasta la casa de Dani, su novio, pero allí se le perdió el rastro. A pesar de ser las 15.30 horas, y haber coches y vecinos por la zona, nadie vio nada extraño. Lo que induce a los investigadores a pensar que quizás se subió al coche de un conocido. En breve, la joven de Calvià cumplirá veinte años y su madre y su abuela están organizando ya concentraciones para recordarla. Natalia Rodríguez ha sido un ejemplo de coraje y discreción y nunca ha perdido la esperanza de volver a ver a su hija. La Guardia Civil, tampoco. Con las nuevas líneas abiertas, esperan encontrar la pista definitiva.