Desde primera hora de este viernes, la Policía Judicial de la Guardia Civil y una comisión judicial están llevando a cabo la reconstrucción del homicidio de Porreres en la finca en la que el pasado 24 de febrero un jubilado mató de un disparo a un atracador.
La Comandancia de la Guardia Civil de Palma ha montado un gran operativo en la zona ya que se ha excarcelado a los tres convictos confesos que acompañaron al fallecido en el asalto. Los tres delincuentes están explicando in situ cómo ocurrieron los hechos. También está presente Pau Rigo, el anciano que sufrió graves lesiones tras ser golpeado por los atracadores y que disparó mortalmente a uno de ellos.
La Guardia Civil ya tiene claro los roles que asumieron los cuatro asaltantes. El mallorquín Marcos Rotger Vidal, de 58 años, era el chófer de la banda; los hermanos gemelos Mauricio y Freddy Escobar, de 25 años e inmigrantes colombianos, eran el brazo ejecutor, y el también isleño José Antonio Sánchez Lara, de 44, y alias ‘Pep Merda', era el ideólogo del grupo.
Pep conocía a Pau Rigo Llaneras, el jubilado de 77 años que se convirtió en el objetivo de la banda. Después de estar ingresado durante dos semanas, el anciano recibió el alta del hospital de Manacor, donde fue atendido por la fractura de una vértebra, rotura de nariz y contusiones en el rostro tras ser golpeado con una pata de cabra por el hermano gemelo del fallecido.
Tras conseguir el alta, Pau Rigo fue citado el pasado 14 de marzo a declarar ante la Guardia Civil. Se negó a declarar por indicación de su abogado, que considera que el anciano todavía no se encontraba en condiciones físicas y psicológicas de explicar lo ocurrido con un relato conciso de los hechos.
Esta misma semana, el programa Espejo Público de Antena 3 emitía en exclusiva la desesperada llamada que realizó Pau Rigo al servicio de emergencias 112. En el audio se puede escuchar: «Me están atracando a mi y a mi mujer. Es muy urgente. Son dos personas, nos han hecho mucho daño a mi y a mi mujer. Ahora no sé donde están, yo estoy encerrado en una habitación y mi mujer no sé dónde está».
El anciano llegó a realizar hasta tres llamadas y en la última manifestó: «Por favor, venga ya, esta gente tienen pistolas y nos matará».
Este viernes, ha sido trasladado de nuevo a su finca de Porreres, donde los investigadores tratan de reconstruir todo lo ocurrido la noche de aquel 24 de febrero.