Una conversación en un grupo de WhatsApp es el detonante de la intranquilidad en la que vive desde hace una semana la policía nacional Inés G., secretaria de acción sindical de la Unión Federal de Policía (UFP) en Baleares, y que ya ha tenido como consecuencia una denuncia contra el director general del sindicato, Víctor Duque, por «amenazas y un posible acoso laboral».
El líder de la UFP fue detenido en noviembre de 2017 por agentes de la Unidad de Investigación Tecnológica tras hallar «indicios suficientes en su ordenador» de haber compartido en webs de prostitución y contactos el número de teléfono de su expareja, también agente.
Este caso, que está en fase de instrucción, ha generado bastante controversia entre los policías afiliados a la UFP, también la continuidad de Duque en su cargo. Según apunta el secretario regional del sindicato, José Evaristo Búrdalo, contra Duque hay un proceso penal abierto y se encuentra imputado. Precisamente por ello, Inés el pasado 26 de febrero decide intervenir en una conversación de WhatsApp en la que participan otros compañeros. «Hice un comentario para tranquilizarles y dije algo así como que ya falta poco para que esto se aclare». Su opinión trascendió este foro y llegó a oídos de Duque.
«Al día siguiente, iba en el coche con mis dos hijos. Me sonó el teléfono, me detuve. Era él. Nunca había hablado con este señor. Me gritaba y me preguntó qué iba hablando de él». Acto seguido, según su testimonio, comenzó a amenazarla: «Ten mucho cuidado que te estoy vigilando de cerca». Pese a que la agente le pedía acabar la conversación porque se encontraba en el coche con sus hijos, menores ambos, Duque se negaba. «Te voy a vigilar personalmente. Como vuelvas a hablar de mí te voy a llevar a los tribunales, ten mucho cuidado», le advirtió.
Inés llegó a la Jefatura Superior de Policía muy nerviosa. Sus compañeros le trasladaron a un hospital al sufrir un cuadro de ansiedad, tal y como refleja el informe médico. La agente presentó una denuncia al «temer sus represalias».
'Sanción' laboral
Las consecuencias no se hicieron esperar, según la afectada. La agente tiene desde hace dos años liberación como representante sindical. «El reparto las liberaciones dependen de él. Mi sorpresa ha sido que a mí me las ha quitado». José Evaristo Búrdalo apoya totalmente a su compañera. «Desde Baleares, hemos manifestado siempre que Duque debe dar un paso atrás en el sindicato hasta que no se compruebe que no ha hecho nada de lo que se le imputa. También otros comités regionales. Desde entonces nos ataca».
Inés vive con desánimo esta situación. Al ser madre no puede dedicar más tiempo a su labor sindical fuera de su jornada. «Todo lo que realizó en el sindicato, especialmente la organización de cursos y formaciones para los afiliados, se ve afectado por esto», lamenta.