En la denuncia interpuesta por el letrado Vicente Campaner ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears se recogen unos sorprendentes mensajes de Whatsapp entre la madame y testigo protegida número 31 y la mujer del juez Penalva, instructor de la causa.
El pasado día 10 de junio de 2017, la madame, mantuvo una conversación con María Antonia, pareja del juez Penalva. En el transcurso de la misma, se dirige a la testigo número 31 en los siguientes términos: «Se me ha olvidado decirte que el juez del 7 (refiriéndose al Juzgado de Instrucción 7 de Vía Alemania) ha archivado la denuncia contra ti (emoticonos de corazones). Descansa». Unos minutos más tarde, la mujer del juez le envía otro comentario: «Esa es mi María José. Valiente. Vamos a acabar con estos hijos de puta. No saben con quién se meten (emoticonos de corazones)», concluye.
La autora de los mensajes y pareja del juez Penalva ejerce su actividad profesional como funcionaria adscrita en el Juzgado de Instrucción número 11 de Vía Alemania. Por ese motivo, nada más tener conocimiento de los hechos, los abogados de la parte denunciante tienen la intención de solicitar de forma oficial que se investigue el archivo de la denuncia a la que se refiere la mujer del magistrado. Los abogados entienden que podría tratarse de un favor a la testigo por sus servicios prestados a la causa.
La noticia del día
El mismo día 10 de junio de 2017, fecha en la que María Antonia remite los mensajes de Whatsapp a la madame, este diario publicaba una información que hacía referencia a que se iniciaban los trámites para otro juicio por amenazas a los testigos del ‘caso Cursach'. Concretamente, se apuntaba a que el juez Penalva agilizaba dichos trámites y abría una pieza separada contra un hostelero de Magaluf por violar una orden de alejamiento.
Es probable que la mujer del juez, cuando habla de los «hijos de puta», se refiriera a los presuntos amenazadores. Este término coloquial también es usado por Manuel Penalva en las conversaciones de Whatsapp con la testigo protegida para referirse a los sospechosos del caso.
El sorprendente testimonio y arrepentimiento de la testigo clave del caso también deja perlas relacionadas con ‘El Ico', conocido delincuente, narcotraficante confeso y condenado.
El fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán fue grabado por la madame sin que él lo supiera. El representante del ministerio público afirmó: «¿Qué esperas de ‘El Ico', que no sabe ni leer ni escribir». Para las defensas esta declaración es muy grave dado que en la propia instrucción de la ‘operación Sancus', tanto juez como fiscal otorgan total veracidad y sostienen que el hijo de ‘La Paca' llevaba una agenda manuscrita que contenía información, anotaciones e incluso apuntes contables incriminatorios para Tolo Cursach o Joaquín ‘El prestamista', entre otros.
Iván, el policía
Finalmente, la mademe carga duramente contra Iván, un agente del Grupo de Blanqueo del Cuerpo Nacional de Policía, al que acusa de haberle enviado fotografías en las que, utilizando el mismo formato del reconocimiento fotográfico, le indica a quién debe señalar durante las sesiones con el juez y fiscal. Igualmente, para defender su reconocimiento, le indica varios datos para poder aportarlos sobre la descripción física de los agentes investigados en la causa.