El ‘caso Cursach' estalla. La testigo protegido número 31 –considerada la testigo clave– da un giro radical a su versión. «Estoy coaccionada por el juez y el fiscal», reconoce en una conversación que mantuvo este miércoles con un abogado en una cervecería de Son Moix.
La mujer llamó al despacho Campaner, Barón & Llop. Tenía algo muy importante que contar y Vicente Campaner, tras hablar brevemente con ella por teléfono, la citó en el establecimiento mencionado. La conversación duró más de una hora. Es entonces cuando la mujer le confiesa: «En la causa hay muchas irregularidades, muchas mentiras y verdades disfrazadas» y asegura que hay personas que han ingresado en prisión injustamente: «Y ya no puedo más». Muestra mensajes de Whatsapp de un policía de Blanqueo de Capitales y luego otros mensajes cruzados con el juez y el fiscal. En uno de los mensajes del policía, le envía una fotografía de un agente local investigado y, supuestamente, la instruye sobre lo que tiene que decir de él. Ella sostiene que no lo había visto nunca.
En su relato, la madame insiste en que recibió indicaciones por parte del juez, el fiscal y algún policía del Grupo de Blanqueo de Capitales para reconocer a ciertos policías locales que luego fueron imputados. Añadió que no es la única testigo presionada o coaccionada, y que otro protegido ha mentido tanto que tiene que acudir periódicamente al despacho del juez para que le refresquen lo que tiene que decir. La mujer llega a indicar que sus declaraciones como testigo clave se las redactan Penalva y Subirán y que ella se limita a firmarlas.
Este jueves los abogados Campaner y José Ignacio Herrero registraron una denuncia ante el TSJB. En el escrito tildan de «espeluznante» lo que se deriva de la documentación y grabaciones aportadas por la testigo y solicitan que declare este viernes. Piden las detenciones del juez, del fiscal y de los agentes de la investigación.