El presunto violador y pirómano de la calle Capità Vila, en la barriada de Pere Garau, dejó sus huellas en una tubería de la casa de la víctima. Este hecho, además de la identificación fotográfica que realizó la mujer agredida resultaron determinantes para el esclarecimiento del caso.
Agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía han concluido que Richard P., francés de 21 años, accedió al ático del número 11 de la citada calle para robar. Fue entonces cuando la moradora de la vivienda le sorprendió y éste la agredió y la ató a la cama de pies y manos con un cable. Acto seguido, la agredió sexualmente hasta en dos ocasiones.
Tras perpetrar la doble violación, le robó el teléfono móvil, dinero en efectivo y las tarjetas de crédito. Tras esgrimir un cuchillo de grandes dimensiones consiguió que la mujer le facilitara el número secreto. Antes de huir del lugar, cogió un mechero provocando tres focos de incendio en diferentes zonas del habitáculo con la única intención de destruir todo tipo de pruebas incriminatorias y acabar con la vida de la víctima.
Tras abandonar la casa, el presunto violador se dirigió a una entidad bancaria donde consiguió extraer 600 euros. Los investigadores también localizaron unas llaves en el interior de la vivienda de la víctima que, al parecer, se le cayeron al agresor y que corresponden a un robo denunciado en una casa de Es Rafal. En esa ocasión, el coche no fue sustraído porque el ladrón no consiguió localizarlo. A las 14.30 horas del pasado sábado, tal y como adelantó en primicia Ultima Hora en su edición del pasado domingo, se produjo la detención del sospechoso. La policía también apunta que dos días antes de producirse la violación e incendio el detenido ya había accedido a la vivienda y robado varios objetos de valor aprovechando que la moradora se encontraba de viaje. El juez ordenó este martes un auto de prisión pero no ingresará hasta que no salga del módulo de presos del área de psiquiatría.