Careo entre el chófer de Álvaro Gijón y la testigo protegida que acusa al diputado y exconcejal de recibir favores sexuales y drogas. La defensa de éste había pedido la declaración del conductor que prestaba servicio para el edil cuando éste estaba al frente del área de Seguridad Ciudadana y el juez decidió celebrar un careo. Según la versión de la testigo protegida, el chófer iba a recoger a Gijón a un prostíbulo del paseo Marítimo de Palma. Éste lo negó y rechazó también haber ido a adquirir alguna vez cocaína para el político.
El encuentro se extendió a lo largo de casi dos horas y tuvo algún momento de tensión. La testigo llegó a manifestar que el chófer era el ‘gigoló' de José María Rodríguez. Ésta no fue la única intervención este miércoles de esta testigo protegido, que compareció en el juzgado para denunciar que el pasado viernes unos desconocidos le dieron una paliza. La víctima vincula esta agresión con las amenazas que ha sufrido a raíz de su declaración en la causa. De hecho, se tomó declaración de nuevo a un sobrino de Bartolomé Cursach, que está acusado de amenazar a esta mujer, y al que la Fiscalía reclama una condena de tres años de prisión por esos hechos califica como un delito de obstrucción a la Justicia. El acusado, que se encuentra en prisión, negó cualquier relación con la agresión a esa mujer.
El sobrino del empresario había alquilado un piso de su propiedad a la testigo y acudió a visitarla. Según la versión de la mujer, le amenazó para que no declarara en la causa. También ha relatado episodios en los que se le ha presionado a través de su hijo, que es menor de edad. La testigo tendrá que volver a comparecer el viernes para ser interrogada por las partes. El instructor pretende tener una declaración firme suya de manera que no tenga sentido presionarla, ya que ese testimonio sí será válido como prueba en un juicio.