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Corrupción policial en la Platja de Palma

Gijón defiende su inocencia y lamenta la «profunda indefensión» que sufre

Álvaro Gijón, junto a su abogado, José Ramón Orta, y su hermano, cuando fue a declarar al juzgado el pasado mes de marzo. | Pere Bota

| Palma |

«Niego absoluta y rotundamente las acusaciones que se han vertido sobre mí», ha declarado este martes el diputado y concejal del PP Álvaro Gijón tras publicarse que una testigo del caso Cursach le relaciona con drogas y prostitución, informaciones que le generan una «profunda indefensión».

En los pasillos del Parlament, Gijón ha asegurado que no tiene «la más mínima intención de dimitir» pese a que su imputación en los casos de la Policía Local le está dañando a nivel personal y profesional.

El edil y diputado ha negado, en contra de lo que relata la testigo cuya declaración ha sido divulgada, que no ha consumido drogas, «jamás», ni «servicios de prostitución» y se ha declarado víctima de una «prueba diabólica», pues se le obliga a demostrar lo que nunca ha ocurrido.

Según ha relatado, este lunes registró un escrito en el juzgado de instrucción 12, que investiga estas causas, para proponer al juez Manuel Penalva que le someta a pruebas de toxicología y compruebe su historial para constatar que dice la verdad.

«Es imposible que la testigo pueda demostrar nada de lo que se dice, porque no ha ocurrido nunca, pero al mismo tiempo se dan todo tipo de detalles escabrosos y de mal gusto que pueden hacer dudar a los investigadores», ha remarcado.

«Hace tiempo que en esta causa en lo que a mí respecta la presunción de inocencia ha desaparecido completamente», ha declarado Gijón, que ha instado al juez a llamarle a declarar para poder probar que la testigo a la que él magistrado da crédito está mintiendo.

Como ya ha anunciado anteriormente, ha avanzado que cuando su inocencia quede probada denunciará a los que le injurian y calumnian, porque aunque entiende el «juego de la política», considera que en su caso se han rebasado los límites.

Se ha quejado también del daño que ha sufrido su reputación y de las dificultades que tendrá para encontrar trabajo cuando deje la política. «Difícilmente alguien en su sano juicio querría contratarme», ha lamentado.

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