«No hablaban casi. Estaban obsesionados, querían firmar la escritura rápido rápido». Los notarios que formalizaron las cesiones de fincas por valor de 40 millones por parte del matrimonio Ferrando a Luis Rodríguez-Toubes contaron este miércoles en el juicio cómo se hicieron esas operaciones en sus despachos. Los dos que comparecieron en la tercera sesión de la vista, Andrés Isern y Álvaro Delgado coincidieron en lo extraño de lo que se les pedía por parte de Luis Rodríguez-Toubes y el matrimonio.
«En treinta años no he hecho una cesión con esas condiciones. Jurídicamente era un desastre», apuntó el primero. Lo inusual era que las fincas se entregaran sin que quien las cedía adoptara ningún tipo de cautela, ya fuera una cesión a cambio de alimentos o un usufructo de alguna de las propiedades. Había otro problema añadido: los enormes impuestos que generaba la cesión de semejante patrimonio a un extraño a la familia. Por eso, los notarios aseguran que advirtieron en sendas conversaciones al matrimonio de las consecuencias de esa firma. No prestaron mucha atención a estas conversaciones y tenían especial prisa en firmar los documentos lo antes posible.
En lo que también coinciden los notarios es que les pareció que el matrimonio comprendía perfectamente el alcance de la operación. «Aquí todos sabían lo que se hacían. Eso lo puedo jurar», según Isern. Este notario alertó a las autoridades de la posible existencia de un delito de blanqueo de capitales.