Uno de los testigos que han declarado por el caso de corrupción policial en la Platja de Palma aseguró a los investigadores que un agente de la Patrulla Verde llegó a reclamar 15.000 euros a un empresario para hacer la vista gorda de varios problemas en un table dance de s'Arenal. Según su versión, el aludido se negó a «pagar más» a este agente. El testigo contó a los investigadores que ese mismo policía local fue a verle varias veces a su local, incluso de noche. Él lo interpretó como una presión para que le pagara un soborno, algo que no hizo y que no se tradujo en sanciones.
Uno de los camareros que trabaja en los establecimientos sospechosos testificó que de forma habitual cerraban una hora más tarde de lo que se les permitía y que nunca tuvieron problemas de sanciones o cierres.
La versión de este testigo implica a otros policías locales. En concreto admite que tenía contratado el seguro del establecimiento a través de un agente y que a éste mismo le pagó también hasta 1.000 euros al mes por la limpieza del local. Según su versión, éstas actividades las había concertado el anterior propietario del bar.
Lo que este empresario ha contado sobre la Patrulla Verde va en la misma línea que lo que declaró otro testigo, agente de la Policía Local. Éste dice que oyó rumores de que un compañero suyo recogía sobres en determinados establecimientos para darles un mejor trato. Éste testigo también incide en las actividades económicas fuera de servicio de otros agentes imputados en la causa.