Magaluf, alcohol y balcones. La secuencia, que amenaza con repetirse con demasiada frecuencia este verano, se registró en la madrugada de ayer en unos apartamentos junto a Punta Ballena. Un turista inglés de 25 años, que iba ebrio, cayó desde un séptimo piso cuando pasaba de un balcón a otro. Milagrosamente, sobrevivió a la caída de 20 metros al aterrizar sobre un techo de aluminio.
El accidente se produjo minutos antes de las tres de la madrugada, en un edificio turístico de la calle Galeón, a 200 metros de la conflictiva avenida de Punta Ballena.
El turista no llevaba ni 24 horas en Mallorca y había llegado con un grupo de amigos, para pasar sus vacaciones. El grupo había estado tomando copas en locales de los alrededores y de vuelta a los apartamentos uno de ellos parece ser que advirtió que no llevaba las llaves de su habitación.
El muchacho saltó de un balcón a otro, desde la séptima planta, perdió el equilibrio y se precipitó desde una veintena de metros. La caída habría sido mortal de necesidad de no ser porque impactó contra una cubierta de aluminio, de unos locales a pie de calle.
Hasta Magaluf se desplazaron policías locales, guardias civiles, bomberos de Santa Ponça y médicos del 061, que comprobaron que no era sencillo bajar al veraneante incrustado en el techo.
Los bomberos regresaron al parque de Santa Ponça y regresaron con una brazo mecánico, con el que pudieron llegar hasta el herido. Estaba inconsciente, con lesiones muy graves en cabeza, cara y otras partes del cuerpo. Además, se sospechaba que por dentro podía estar destrozado.
Los médicos lo inmovilizaron y lo atendieron allí mismo. Después, una ambulancia lo evacuó hasta el hospital de Son Espases, con un pronóstico preocupante. La Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación y realizó averiguaciones porque se había comentado que en el grupo de turistas se había producido una pelea, poco antes del accidente. Al final, sin embargo, el pique no guardaba relación con la caída.