«Si queremos limpiar un poco Magaluf necesitamos sentencias duras». El fiscal Jaime Guasp mantuvo su petición de 23 años de cárcel para Mohamed Fadel por la violación y el intento de asesinato de Cheryl Madison. El ministerio público calificó de «violador en serie» al acusado y justificó la elevada petición en la necesidad de una «sentencia contundente y no de paños calientes» ante la gravedad de los hechos.
El fiscal utilizó un tono muy poco habitual en el estrado. En su informe llegó a hacer comentarios como «a este país ha venido cada extranjero...» o «muchos de los [británicos] que nos visitan son auténticos gamberros». En esta misma línea aludió a la necesidad de imponer una condena muy dura al acusado para limpiar Magaluf. Antes había sido interrumpido por la presidenta del Tribunal cuando se deslizaba hacia otros problemas de la localidad como los vendedores callejeros o la prostitución. Sobre el caso señaló que contra el acusado hay tres pruebas concluyentes: la prueba de ADN que le identifica, la declaración de la víctima y su propia confesión tras ser detenido.
Para la defensa todas esas pruebas no se pueden valorar. El letrado Carlos Portalo señala que el proceso por el que se obtuvo el ADN fue ilegal, por lo tanto las pruebas que le siguen son ilícitas. El argumento del letrado se basa en que la Guardia Civil no pidió autorización al juzgado a la hora de obtener el perfil genético del acusado, algo imprescindible a la hora de hacer una prueba química como ésta.
Colilla
El letrado citó varias sentencias del Supremo en ese sentido y remarcó que no cuestiona cómo se consiguieron los restos orgánicos -la colilla de un cigarrillo- sino que se elaborara el informe sin conocimiento de ningún juzgado. Además, indica que cuando hizo la prueba, todos los indicios que había contra Fadel eran que había trabajado en Canarias y que era marroquí. «Por muy desagradable que sea el resultado más desagradable es traicionar el Estado de derecho», aseguró.
De forma alternativa, la defensa plantea una petición para que los hechos sean considerados no como una tentativa de asesinato sino como unas lesiones y que se aplique al acusado las atenuantes de drogadicción, enfermedad mental y de confesión.
Fadel guardó silencio en su turno de última palabra con el que quedó visto para sentencia el juicio. La víctima, Cheryl Madison ha asistido al desarrollo de todas las sesiones acompañada por su actual novio y por el intérprete que tradujo su testimonio en la primera sesión.