Antonia M. D. y Miguel Àngel G. L. permanecen con vigilancia especial en la prisión de Palma. La madre de la niña que falleció el pasado domingo por malos tratos y su pareja sentimental pasan desde su ingreso en prisión esta semana por un protocolo especial que pone en marcha el centro penitenciario. Estas medidas se activan en caso de gran repercusión social, que afectan al núcleo familiar y de extraordinaria gravedad.
El protocolo pasa por un examen psicológico de los encausados que además permanecen al margen del resto de presos y bajo una vigilancia especial. Estas medidas se mantienen hasta que el centro penitenciario decide la ubicación idónea para estos presos dentro de la cárcel.
Examen
Ambos detenidos fueron examinados por dos forenses el pasado miércoles tras declarar ante la juez de guardia y antes de ser trasladados hasta prisión. En particular se pretende averiguar si la madre padece algún tipo de desorden psicológico. Antonia M. D. ha protagonizado distintos episodios violentos, no sólo los que se investigan respecto a la menor fallecida, sino que también habría discutido en numerosas ocasiones y de forma agresiva con sus padres.
Durante su declaración se mostró muy nerviosa, sin parar de gesticular y, en ocasiones, de levantar la voz. Por el contrario, ante el juez su pareja se mostró más tranquilo, a la vez que negaba tener cualquier conocimiento de episodios violentos en la casa y de malos tratos a Ainhoa.
La madre se había despreocupado en gran medida de la víctima hasta que comenzó a vivir con su pareja. Entonces reanudó el contacto con ella.