El cuartel de San Fernando ha abierto una investigación interna para aclarar si los cuatros tiros de pistola que un policía local disparó al aire en el Coll d'en Rabassa, al verse rodeado por una multitud, fueron proporcionados.
«En principio se trató de un caso muy claro de uso intimidatorio del arma de fuego, sobre el que hay un protocolo muy claro y los policías conocen muy bien. Lo que queremos saber es si los disparos estaban justificados o no», informó ayer una fuente del Ayuntamiento de Palma.
Uso ajustado
De acuerdo con los primeros datos recabados por los investigadores, no hay motivos para expedientar a los cuatro policías del GAP (Grupo de Actuación Preventiva). En primer lugar, se ha comprobado que los funcionarios «fueron rodeados por una multitud hostil». En segundo, que los agentes eran muy inferiores en número. También se ha constatado que no había viviendas muy cerca, ya que se trataba de un parque. Este punto es especialmente importante para los instructores del expediente, ya que los agentes tienen prácticamente prohibido hacer uso de su arma de fuego junto a edificios habitados. Salvo, lógicamente, contadas excepciones.
Como cuarto punto, parece también acreditado que los cuatro miembros del GAP, que habían acudido a ese parque del Coll d'en Rabassa dentro de su ruta habitual de vigilancia, fueron atacados con sillas de un bar cuando trataban de multar a unos jóvenes por tenencia y consumo de sustancias estupefacientes. En quinto lugar, San Fernando ha confirmado que los que rodeaban a los policías eran «40 ó 50 personas» y, por último, que los tiros fueron «seguros».
Aún así, la investigación sigue para intentar aclarar por completo qué pasó esa noche accidentada en el Coll.