Ninguno de los 25 detenidos por los delitos de falsificación y estafa a una entidad bancaria de Palma, por valor de más de cuatro millones de euros, ha ingresado en la cárcel. De los arrestados por el Grupo de Delincuencia Económica, 23 serían 'hombres de paja', mientras que los considerados máximos responsables de los delitos serían David P., de 34 años, director de una sucursal de la entidad víctima de las estafas y un gestor, G.A.M., de 58 años de edad y cuyo nombre no se ha facilitado, contrariamente a lo que suele hacerse cuando se informa del resultado de operaciones policiales.
Las irregularidades contables se detectaron a consecuencia de una auditoría interna encargada por los responsables de la caja rural. Al descubrirse las graves anomalías se informó a la Jefatura Superior de Policía de Palma, y la investigación la asumió el Grupo de Delincuencia Económica. Desde hace cuatro meses se ha estado trabajando en el caso. Los policías fueron localizando uno a uno a los 'testaferros' y se fue recopilando documentación, relativa a los préstamos hipotecarios, la posterior venta de bienes inmuebles de los citados a, curiosamente, una sociedad en la que aparece como administrador el director de la sucursal y su compañera, y la relación con el gestor.
Todos los implicados han sido citados a declarar en las dependencias del citado grupo, en calidad de detenidos, y después han quedado en libertad con cargos y a disposición de la autoridad judicial.
Con respecto a los 'testaferros', ya se informó en la edición de ayer de Ultima Hora que todos ellos son personas con escasos o nulos recursos económicos. Según las investigaciones policiales, el gestor les pagaba entre 1.200 y 1.500 euros para que figurasen como titulares de un crédito hipotecario, que se les concedía en la sucursal bancaria cuyo director es el detenido.
También, según la investigación, el gestor entregaba seis mil euros al director por cada préstamo que concedía.