M.A./J.F.MESTRE
Juan Chanfreut, el hombre acusado del asesinato del empresario
alemán Günter Ulrich Schneider, confesó ayer ante el juez que es el
único autor del crimen. El hombre exculpó de toda acusación a su
mujer, la italiana Antonia Custodia, que quedó en libertad tras
prestar declaración ante la juez Cristina Pancorbo, del juzgado de
Manacor.
La mujer debe comparecer cada 15 días en el juzgado y, pese a
que está en libertad, no se descarta que pueda ser juzgada por
encubrimiento.
La pareja fue trasladada a Palma el pasado domingo. Ayer tenía una
cita ante la juez que instruye el asesinato del empresario alemán,
que murió hace cinco años y fue enterrado en un aljibe de una finca
de Capdepera. Los detenidos fueron asistidos por la abogada Marta
Aguiló. Fuentes próximas al caso señalaron que la declaración de
Juan Chanfreut no aportó ningún dato que no se conociera. Mantuvo
la misma versión que ofreció ante la Guardia Civil. El hombre
explicó las relaciones comerciales que mantenía con el empresario
alemán en negocios inmobiliarios. A finales de 1995 mantuvo una
discusión con Schneider. El detenido afirma que la discusión se le
fue de las manos, aunque nunca tuvo intención de matarle. Sin
embargo, reconoció que cogió un bate de beisbol, golpeó a su
oponente y lo mató.
Sobre la forma como se deshizo del cadáver del fallecido, el detenido declaró ayer a la juez de Manacor que lo cargó en su coche y lo llevó desde el lugar del crimen hasta la finca de Ses Set Cases, en Capdepera. Chanfreut aseguró ayer que arrojó el cuerpo dentro de un profundo aljibe.
El hombre fue preguntado sobre quien arrojó escombros en el aljibe de la finca para ocultar más el cadáver del empresario alemán. Se sospecha fue un constructor griego, que la Guardia Civil está buscando y que todavía no ha localizado. Chanfreut señaló que no conoce a esta persona, pero que él no arrojó escombros en el aljibe.