Dice un antiguo proverbio chino: «Que los pájaros de la preocupación y la inquietud vuelen sobre tu cabeza no lo puedes evitar, pero que aniden en tu pelo sí lo puedes prevenir».
Todos tenemos, a lo largo de la vida, preocupaciones e inquietudes. Son inevitables por múltiples motivos y razones, pero no debemos dejarnos dominar por ellas.
Psicológicamente, las preocupaciones e inquietudes nos roban la paz del alma y son nocivas.
Necesitamos calma y serenidad para afrontar diariamente nuestras tareas. Sin estas dos actitudes, el camino de nuestra existencia será arduo y difícil.
Sin calma y serenidad, no lograremos alcanzar las metas que nos hemos propuesto.
Sin calma y serenidad, no tendremos paz interior y sin paz interior, nuestra vida no encontrará el sentido.