Actúa en local, piensa en global se popularizó en los 80-90 cuando los informes pintaban en negro el panorama del Planeta. La vida de nosotros todos. El origen de la frase se remonta a principios del XX, del activista Patrick Geddes. Su uso se expandió como un virus y acabó siendo eslogan del enemigo. El capitalismo es un prestidigitador y siempre saca de su chistera palomas donde había una mano. Así nos va. Creyendo aún que nos salvará un milagro.
Hoy se vota Europa, en la bancarrota de las esperanzas porque ha sacado demasiadas palomas de la manga que han acabado volando porque para eso tienen alas. Hasta que se las talan como a algunos de los árboles de esta querida ciudad nuestra, donde asistimos atónitos a algunas escenas como éstas.
Dos restaurantes del Born urdieron un plan de choque ante la merma de su espacio de negocio por la feria del libro que les reducía beneficios por dos semanas. ¿Qué se ha creído la cultura libresca, que va a poder con la sed de los turistas? Sacaron de su jeta una idea: acercar las mesas a los bancos públicos y así éstos eran utilizados por los clientes como una silla más donde dejar sus bolsas de las compras de franquicia. Al paseante, ni agua. No era la primera vez que el mobiliario urbano era utilizado a tal fin, solo que este año los residentes, los indígenas de la isla, están ya cansados. Salieron a la calle y no fue una pantomima. Esto va en serio.
Un nativo colgó en la red la fotografía del atropello en el paseo público, que por votación de los negocios ciudadanos acabó años atrás siendo usado privadamente, y así nos luce el pelo. Los ánimos están calientes. Cort lo sabe. Los dos negocios han sido expedientados por ocupar los bancos públicos. Bien.
Ahora llega la de cal. A una semana en que el alcalde anuncia que quiere reducir la masificación turística, estamos a punto de asistir a la aprobación de la ampliación del port de Palma, auspiciado por la Autoridad Portuaria de Balears y con representación de las instituciones en su totalidad. La Plataforma contra los megacruceros ha lanzado su sálvese quien pueda ante la ampliación del dique del Oeste, la creación de una marina para grandes yates y el traslado de las atarazanas. Si se aprueba, la contaminación aumentaría ya que la actividad portuaria genera más emisiones y residuos, el aire y el agua se verían afectados y, desde luego, llevaría aparejado un aumento del tráfico en el passeig Marítim y en la vía de cintura. ¿No quería retenciones? Un poco más de paciencia. Palma, la isla, colapsos a diario. Póngase la máscara que va a respirar mejor. Por no mencionar las consecuencias para el ya herido fondo marino. A la biodiversidad que le den.
Y la última del día. Han presentado una propuesta de un circuito de motos de agua en la costa de Calvià, en una zona frecuentada por miles de bañistas y paseantes. Ruge la codicia de esas motos de agua que nos perforan los tímpanos. Ni que decir que los indígenas están en pie de guerra contra ellas. ¿A esto se le llama poner límites? Voy a comprarme otro diccionario porque no me cuadran los términos.