Hace unos días vi un vídeo en el que un psicoanalista se esforzaba por encontrar explicación del porqué de los votos al PP y Vox. Como psicólogo clínico de formación psicoanalítica me hizo reír mucho. Recurría a Jung y su concepto de inconsciente colectivo, habitado aún –según él– por el fantasma de Franco, de donde declinaba la credulidad sin fundamentos, la sumisión y el puntito masoquista de los que votan a partidos que hacen tan fiera y descaradamente políticas antisociales. O dicho de otra manera, los que votan a sus propios verdugos. La explicación se queda muy corta, y se olvidaba el hombre de toda una corriente psicoanalítica que empezó con Adler y continuó con Reich, Fromm, Horney, Sullivan y todos los que cupieron bajo la etiqueta del «freudomarxismo».
Reich, por ejemplo, escribió un ensayo que sigue siendo hoy de obligada referencias, Psicología de masas del fascismo, al igual que la aportación que hizo Sennett desde la sociología con su libro La corrosión del carácter, donde explicaba cómo el capitalismo destroza cualquier fundamento ético. Esta columna es pequeña y no da para mucho, pero, resumiendo, puesto a encontrar razones podría haberlas buscado en el mismo Freud, que ya señaló, en su Tótem y tabú, que en tiempos de incertidumbre, de la que andamos sobrados, se tiende a sacrificar la libertad por la seguridad, o en el lamentable hecho de que se haya ido perdiendo la conciencia de clase, cosa que sucede incluso entre los propios partidos de izquierdas.