Si hay algún fenómeno que la crisis ha destapado es el gran valor que tienen los abuelos, algo que parecía olvidado en las últimas décadas. Las situaciones de crisis representan oportunidades y este es el momento en que están regresando los abuelos. Ante las penurias económicas ellos, los abuelos, han respondido. Su vínculo familiar se ha intensificado. Los abuelos siempre están dispuestos y siempre están disponibles.
Según encuestas que se han realizado últimamente, ocho de cada diez españoles consideran que, sin la ayuda de muchos abuelos y abuelas, no se podría sostener el actual modelo social. Son datos de una encuesta realizada por Mensajeros de la Paz. El presidente de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados afirma: «Nuestros hijos y la sociedad se han dado cuenta de nuestra utilidad y que nuestra función es muy importarte, hasta el extremo de que no solamente el abuelo tiene que ayudar, que ya lo hacía siendo el canguro de sus nietos, sino que también se ha convertido en el banco y la despensa de la familia».
Existen otros muchos datos y detalles que demuestran que los abuelos son un gran ejemplo de solidaridad intergeneracional. El autor del libro Queridos abuelos, el psicólogo Paulino Castells, dice que: «Los abuelos son la auténtica memoria histórica, una fuente de sabiduría y de ayuda en el terreno material y también moral. Cuando los hijos no encuentran trabajo, tienen el consuelo, el consejo y la comprensión de los abuelos».