La aspiración de la termita es que todo sea madera. Son capaces de cualquier cosa, incluso de atravesar muros de cemento, para llegar a la madera y comérsela, pues la celulosa es su alimento, que devoran como si no hubiera mañana. No son hormigas, pero lo simulan sagazmente para pasar desapercibidas. En realidad se parecen a las cucarachas, huyen de la luz igual que los vampiros y su voracidad es legendaria. Ingieren madera vorazmente, pero con sumo cuidado de que la estructura (una viga, una cómoda antigua o el marco de un cuadro de Gauguin) no se desmorone y se venga abajo. ¿Y se puede ser voraz y cuidadoso a la vez? Una termita sí, ya hemos dicho que son muy sagaces. Eso le permite pasarse la vida zampándose su propia casa (su comida es su guarida), pero sin que le caiga encima y la aniquile. Fenomenal hazaña de ingeniería que logra mediante túneles y agujeros entrecruzados con precisión absoluta, a fin de no superar el índice de resistencia de los materiales a la deformación.
La aspiración de la termita es vivir en un hogar comestible, pero que aguante el vaciado sin romperse. Que millares de agujeros no lleguen a formar un gran agujero. Un trabajo de orfebrería, porque el vacío atrae al vacío, quiere ser uno. Qué digo de orfebrería. De monje taoísta, sabedor de que el vacío en el que habita está lleno, y viceversa. Así la termita acaba construyendo tenues y vastas telas de araña de madera, muy sutiles, que increíblemente aguantan. Las hadas, que también viven en madrigueras y son glotonas, les envidian tamaña pericia feérica. ¡Desintegración sostenible y alimenticia! ¡Y sin menoscabo de su voracidad! Ah, la naturaleza, qué cosas tiene. Como además nunca hay una termita solitaria, sino millares trabajando en equipo, con transiciones defensa ataque, reparto de funciones y perfecta coordinación como si fuesen un solo cerebro (como nosotros los humanos, en efecto), eso hace todavía más asombroso su empeño, y su afán de madera. ¡Más madera, es la guerra! La aspiración de un millón de termitas es idéntica a la de una sola termita, por lo que, ahora caigo, este párrafo me ha salido alegórico, y hasta satírico. ¿Y logran el objetivo? Bueno, a veces. A ratos.