Hoy les voy a hablar de uno de los pintores más extraños y estrambóticos del siglo XVIII español, me refiero el valenciano Ramón Mariano Sánchez (1740-1822). Fue retratista y se buscó la vida pintando lo que pudo, lo que le pagaban, y además trabajaba para la monarquía, especialmente tuvo buena relación con el príncipe, futuro Carlos IV, y con quien entonces mandaba en España, Floridablanca. De hecho fue el príncipe quien estaba empeñado (y corría con los gastos de viaje, fonda y poco más) para que este Sánchez pintara, para decorar las Casitas del Real Sitio de El Escorial, las ciudades y sobre todo (desde 1781) los puertos españoles para reflejar la prosperidad del país, entonces real y verdadera, siguiendo la estela de lo que había hecho el pintor Joseph Vernet (1714-1789) en Francia: este artista recorrió su país pintando sus puertos y fue muy del gusto de madame de Pompadour, del enciclopedista Diderot y del mismo príncipe de Asturias que le compró media docena de óleos que hoy se encuentran en el Museo del Prado.
Mariano Sánchez se pasó media vida solicitando encargos a Carlos IV, sin embargo en 1802 ordenó el rey «que no se le contestase más» hasta que, por fin, años después, por la eterna pesadez de nuestro pintor, Fernando VII decidió darle un donativo de 46.000 reales.
En realidad este artista valenciano fue un imitador de Vernet; básicamente le copiaba colores, distribución del cuadro, la forma de iluminarlo y sobre todo los personajes que aparecían en el paisaje. Es decir adaptaba las estructuras de los paisajes franceses de Joseph Vernet a los puertos españoles. De hecho en sus cinco cuadros baleáricos que he podido ver (Alcúdia, Palma y Mahón) se muestran escenas de la Isla en las que coloca personajes pintados por Vernet en sus puertos franceses. Es decir, no aparecen mallorquines ni menorquines en sus cuadros baleáricos sino que son franceses pintados por Vernet que por arte de birlibirloque están plagiados en Palma o Alcúdia.
Aunque no tuvo un estilo propio, Mariano Sánchez tenía mucha técnica, había estudiado en la Real Academia de Bellas Artes De San Fernando (Madrid). Recorrió prácticamente, en varias fases, todo el litoral español. En estos viajes trazaba bocetos de los paisajes que luego pintaba en su estudio de Madrid. En 1787 estaba en Valencia y Denia, desde allí pudo acercarse a nuestra Isla, aunque también pudo recrear sus paisajes baleáricos de otros cuadros y apuntes que circulaban en la época. En el Patrimonio Nacional se encuentran estos cuadros suyos: la Alcúdia de Mallorca (63,5x102,5 cm, inv. 10073330), el puerto de Mahón (69,5x111,5 cm, inv. 10073211) y Palma (65,5x 102,5 cm, inv. 10090955). También pintó la torre de señales de Portopí, la cercana torre de Paraires y el puerto de Mahón. Sus series de puertos y paisajes españoles las continuó el pintor de cámara del rey Antonio Carnicero Mancio (1748-1814) que también hizo, tal vez sin estar en nuestra Isla, dibujos de tipos y pescadores mallorquines.