Por el viejo cuento de los tres cerditos, todos sabemos desde niños que de cada tres cerditos, dos son tontos. Pero tontos de remate, por lo que en comparación el tercer cerdito parece un gran sabio. Ese mítico relato infantil, además de narrar las cosas que pasan cuando hablamos de cerdos y lobos, establece un patrón numérico estadístico en el que no habían reparado, así como las proporciones de tontería en materia de cerdos, que si no llega al nivel de la proporción áurea, también llamada razón dorada y número de Dios (el irracional de infinitos decimales 1,618033 etc.), es sin embargo muy interesante para quienes siempre agrupan todas las cosas de tres en tres. Ya porque sólo saben contar hasta tres, ya porque para qué más. Así pues, cada vez que escuchen asegurar que algo es bueno o malo por tres razones, pueden jurar que dos de ella serán muy tontas. Los cuentos populares donde hay un rey con tres hijos, que son casi todos, confirman la proporción de los cerditos. Los dos mayores son tontísimos, no dan una, y sólo el pequeño, valiente y osado por comparación, salva al reino y se casa con la princesa. Son felices y se comen tres perdices, dos de ellas insípidas. Este patrón del dos por uno (si no quieres caldo, dos tazas), o patrón de los tres cerditos, se mantiene en casi todos los casos, y si los ejemplos de los viejos relatos populares no les bastan, piensen que a las trilogías librescas siempre les sobran dos volúmenes, y hasta el Misterio de la Santísima Trinidad cumple la proporción mencionada. Sí, son tres dioses, pero sólo uno es verdadero. Y no digamos en los triángulos amorosos, donde siempre hay dos lados tontos de solemnidad, que van a remolque del trío. Basta haber leído el cuento de los tres cerditos para entender estos porcentajes y proporciones, y porqué contar hasta tres, esa multitud, suele ser más que suficiente. Hasta el número pi es un tres largo, con tacones. ¿Y esta proporción de tontos también funciona en los Gobiernos tripartitos, cuando a uno de coalición se añade un tercer elemento exógeno? Me esperaba esta pregunta, y la respuesta es sí. Por tres razones, que no vale la pena repetir. Total, dos serán completamente idiotas.
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