El encuentro de Pedro Sánchez con Míriam Nogueras, portavoz en el Congreso de Junts per Catalunya, el pasado viernes fue un episodio más del sainete que los ciudadanos están obligados a contemplar como prólogo a la investidura del candidato socialista a presidir el Gobierno durante cuatro años más. O no. El expresidente catalán Carles Puigdemont no está dispuesto a dejar pasar su oportunidad y en esta negociación no sólo quiere arrodillar al candidato del PSOE y al Estado, también quiere dejar fuera de combate a sus adversarios políticos más directos: Esquerra Republicana de Catalunya. Pronto habrá nuevas elecciones autonómicas y Junts quiere aglutinar todo el espectro del voto independentista, lanzar un mensaje claro de que la via unilateral hacia la secesión de España sigue abierta.
Con este escenario, la actitud de Sánchez sigue siendo la del egoismo puro y duro para asegurarse la continuidad en el cargo, y luego ya se verá; la consecuencias no le preocupan lo más mínimo. En la misma línea hay que situar a Yolanda Díaz, maestra del falso buenismo pero que salta de barco cuando le conviene. Basta ver cómo se desentendió de su propuesta de amnistía para los involucrados en el Procés, la cosa ya no va con ella. Díaz personifica la vacuidad política, el oportunismo indecente.
La conmemoración de la Fiesta Nacional del 12 de octubre excita, como ya es habitual, la miopía intelectual de algunos dirigentes nacionalistas; también en Balears. Con eso del ‘nada que celebrar', la concejal del Ajuntament de Palma por Més Neus Truyol no tuvo otra ocurrencia que denunciar por la redes sociales «la ocupación militar» de es Born palmesano; la señora se refería a los actos conmemorativos que organizó la Comandancia General. La tontería la adornó con un mensaje cutre contra los ejércitos y su función, una ñoñería facilona que constata la supina ignorancia sobre el papel de los militares en una democracia. Lo peor era comprobar que había quienes aplaudían las tesis de Truyol, incluyendo la referencias al supuesto genocidio perpetrado por España en América. Otro clásico.
La Franja de Gaza
la guerra abierta en la Franja de Gaza vuelve a poner en el centro de la actualidad internacional un conflicto que no parece tener fin, al menos con los actuales dirigentes políticos en la zona. Con todo, convendría aclarar que las primeras víctimas civiles de este episodio lo fueron del bando israelí a manos de una banda terrorista como Hamás. Este es el punto de partida. Otra cosa muy diferente es la reacción del Gobierno de Tel Aviv, dispuesto a vengar el ataque arrasando de manera indiscriminada la población palestina. El asedio al que se somete a los habitantes de la franja de Gaza es inhumano y no tiene justificación, mucho me temo que si no se rectifican determinados apoyos incondicionales a Israel -de la UE, por ejemplo- se puede acabar agravando todavía más el problema. No es sencillo hablar de buenos y malos en aquel avispero, pero lo cierto es que las principales víctimas son personas que tratan de vivir en paz y algunos -de ambos lados de la frontera- no quieren que lo consigan. Las bombas no solucionarán nada.