El cambio climático es una realidad innegable de la que es imposible quedarse al margen. Es urgente sustituir los combustibles fósiles por fuentes de energía que no genere gases de efecto invernadero, pero ¿puede llevarse a cabo por los mismos actores y con los mismos intereses que han producido el desequilibrio actual?
En Puntiró hay previstos dos macro parques solares cuyos promotores son dos sociedades controladas por la filial española de la empresa británica HIVE ENERGY. Las dos sociedades limitadas forman parte de una treintena de sociedades creadas por la multinacional británica, con un mínimo de 3.000 €, para desarrollar proyectos en el estado español. En consecuencia, los beneficios repercutirán sobre una misma empresa británica, sin aportar nada a la economía local. Macroparques, fragmentados para ocultar dimensiones, diseñados a golpe de especulación financiera, sin tener en cuenta las consecuencias en el ámbito local.
Desde plataformas ciudadanas como «Renovables sí, pero no así» se plantea la cuestión: ¿aceptamos un simple cambio de tecnologías, controlado por los de siempre, por quienes son parte del problema? Las renovables nos ofrecen la oportunidad de romper la dependencia de las grandes comercializadoras, de acceder directamente a los medios de producción de energía, de instalarlos en espacios nuestros y ya están construidos, de organizarnos en comunidades de producción y consumo. Pero no será un regalo, como siempre, esa alternativa habrá que conquistarla.