Me parece muy atinada esta definición que Pío Baroja da de materialismo. Materialismo, según él, es «aprovecharse de todo lo que se pueda sin escrúpulos de ninguna clase». El aprovechamiento egoísta de todo lo que se pueda sin miramiento alguno es, sin duda, igual a materialismo puro y duro, es decir, lo radicalmente opuesto a la solidaridad. Este tipo de materialismo abunda en nuestra sociedad actual y es, ciertamente, un elemento muy negativo porque estimula de una manera exacerbada el acaparar y bloquea el compartir solidario y fraterno. Y cuando en una sociedad solo se piensa en acaparar, esta se vuelve dura y agresiva, pierde la sensibilidad social y en ella desaparecen los ideales nobles, que son los que de verdad dan sentido y alegría a la vida. Cuando este materialismo puro y duro se enseñorea de una sociedad, cualquier corrupción es posible y la vida se convierte en una desenfrenada lucha competitiva en todos los campos, sin que importen las víctimas que se quedan por el camino. Una sociedad que tenga como fundamento este materialismo craso no tiene futuro, porque los problemas ecológicos serán cada vez mayores y la falta de solidaridad terminará por asfixiarla.
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