Las preferencias electorales se están polarizando. En toda Europa la competencia entre partidos se ha radicalizado debido al declive de los partidos tradicionales y al aumento de partidos competidores no mayoritarios. En Italia, por ejemplo, los partidos tradicionales han sido reemplazados por nuevos partidos antisistema. Vemos desarrollos similares en España, con el auge de Podemos y Vox, en Holanda con el Partido por la Libertad y el Foro por la Democracia, en Suecia con los Demócratas de Suecia, en Portugal con el Bloque de Izquierda y Chega, o en Francia con el Rassemblement National. Incluso un país políticamente más estable como Alemania ha visto como los partidos tradicionales (demócratas cristianos y los socialdemócratas) pasaban de aglutinar conjuntamente el 76 por ciento de los votos en 1996 a menos del 50 por ciento en 2021.
Tal aumento en la polarización del sistema de partidos plantea un desafío para la formulación de políticas. Un panorama político más polarizado dificulta la creación de coaliciones gubernamentales estables y las propuestas de soluciones políticas claras a problemas concretos, lo que conduce a una considerable incertidumbre política. Las dificultades para crear coaliciones políticas estables se han podido presenciar en Israel, Suecia, Italia y, en particular, España, donde se celebraron cuatro elecciones generales entre 2015 y 2019.
Un artículo científico recientemente publicado en el British Journal of Political Science sugiere que este cambio en las preferencias de los votantes está relacionado con las políticas fiscales implementadas por los partidos tradicionales. En concreto, los autores del trabajo examinan el impacto de la austeridad fiscal en los resultados electorales. Con datos de 166 elecciones en dieciséis países de la OCDE entre 1980 y 2016, el artículo examina cómo la austeridad está asociada con las tasas de participación y con el apoyo electoral a los partidos no tradicionales. El estudio halla que la austeridad fiscal determina sustancialmente la polarización política: si el gobierno implementa paquetes de austeridad fiscal considerables durante el período legislativo, los partidos no tradicionales aumentan sus votos en hasta 3,5 puntos porcentuales; mientras que la abstención aumenta en hasta 1,8 puntos porcentuales.
Los resultados del estudio también muestran que las reacciones de los votantes a la austeridad fiscal implementada por un partido mayoritario dependen de las alternativas políticas que ofrecen los otros partidos mayoritarios: La abstención y el apoyo a los partidos no mayoritarios se da cuando ninguno de los partidos mayoritarios ofrece una alternativa creíble contra la austeridad fiscal. Esto es lo que ha ocurrido en Europa desde que Bruselas impusiera a los Estados miembros la austeridad fiscal en 2010: La izquierda dejó de proponer alternativas reales a las políticas de recortes y desmantelamiento del estado del bienestar promovidas por la derecha. Tras el colapso económico y social que supuso la pandemia, el retorno a la austeridad está hoy presente en los debates de la Eurozona, principalmente promovido por Alemania y Holanda. Volver a la ortodoxia y a la consolidación fiscal no sólo tendrá consecuencias negativas en el plano económico: polarizará más el espectro político, lo que dificultará la gobernanza futura en las democracias europeas.