Sabemos más cosas que antes; no nos quejemos, el pesimismo no es mejor que el optimismo. No cabe discutir el acierto de la expresión «la ciencia avanza que es una barbaridad», lo único discutible es si el avance ha alcanzado ya la barbaridad entera. La cultura, actualmente, es enorme y es plural. No lo niego, pero no es eso lo que afirmo. La adjetivación elegida en el titular es «escindida». Escisión dice a rompimiento, y también a desavenencia. En la cultura actual no todo es congruente, y en ella conviven lógicas con absurdos; por eso, chirría.
Me preocupan sobremanera cinco de sus escisiones. Una, la evidencia se ha escindido de la persuasión; no es lo evidente lo que hoy convence, es la ideología la que consagra asertos y verdades. Otra, la realidad humana se ha escindido de su límite: demasiadas normativas exceden la probabilidad de su entendimiento y, por eso, de su cumplimiento. Tercera, la fama se ha escindido de la ejemplaridad: hay famosos que ejercen su influencia sin título de bondad. Cuarta, el galardón se ha escindido del mérito; hay títulos escolares que no son hijos de rigor académico, y autoestimas que no son hijas de autoconocimiento. Quinta: las frases se han escindido de los argumentos; hay gurús de la comunicación y portavoces de partidos que hablan mucho y bonito, pero nada prueban.