La familia de la novela negra está de luto. La muerte por sorpresa de Domingo Villar a los 51 años se suma a la esperada pero no menos dolorosa de Javier Abasolo, a los 61, víctima de un cáncer. Los dos fueron dos grandes escritores pero, sobre todo, dos grandes personas. Abasolo era uno de los representantes de la nueva hornada de escritores vascos de género que en las últimas dos décadas tantas buenas novelas han aportado a sus entusiastas lectores. Una de las claves del éxito es la existencia de una editorial de primer orden como es Erein. E
n el caso de Villar, a quien tuve la oportunidad de presentar la monumental El último barco en Palma, en un Febrer Negre, hay que recordar que escribía originalmente en gallego con unas descomunales cifras de ventas en su lengua original, multiplicadas exponencialmente en castellano. Se han ido dos grandes autores y dos mejores personas. Que la tierra os sea leve.