Tras meses de pesquisas secretas y diligencias llevadas a cabo con el máximo hermetismo, la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil está ultimando una segunda línea de investigación sobre el ‘caso Mascarillas’, que entronca con el ‘caso Koldo’. El informe no se limita a rastrear la compra de material sanitario durante la pandemia, como sí ocurrió con las diligencias iniciales, sino que sigue el rastro de obras y construcciones públicas, incluso también en puertos. El demoledor escrito presentado por la UCO el jueves causó un auténtico terremoto mediático y político que provocó, incluso, que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuviera que comparecer ante los medios en la sede de Ferraz. El líder socialista tuvo que pedir perdón por la implicación de Santos Cerdán, uno de sus hombres de máxima confianza y secretario de Organización del PSOE, en la trama corrupta.
Acusaciones del Govern.
El asunto, que es de una gravedad extrema y puede tener consecuencias muy serias para el actual Gobierno, tiene ramificaciones importantes en Balears y es imprescindible que sea aclarado por una cuestión de higiene política. La crisis abierta por Cerdán ha generado todo tipo de reacciones y el actual Govern no ha sido una excepción. El portavoz y vicepresidente Antoni Costa acusó a Francina Armengol, actual presidenta del Congreso, de abrir las puertas de Balears a la «organización criminal del PSOE». Asimismo, sembró la duda de que haya nuevos fraudes y añadió: «Dios sabe dónde puede estar el dinero robado a los ciudadanos».
El alcance real.
No obstante y al margen de declaraciones de políticos, la realidad es que a medida que pasan los días y se conocen más detalles de la investigación, es una evidencia que el PSOE tenía a un grupo de delincuentes en su organización. Y eso ya nadie puede negarlo. Ahora falta por conocer su alcance real.