Un autocar del TIB arrolló ayer en Pollença a un grupo de ciclistas. El balance del accidente resultó trágico: un muerto y tres heridos graves. Mientras la Guardia Civil investiga las causas del siniestro, ya se trabaja sobre la hipótesis de que un fallo en el sistema de dirección y frenado del vehículo provocó que el conductor perdiera el control y embistiera a los deportistas. El autocar acabó estrellado en la cuneta y algunos pasajeros quedaron atrapados en su interior. Fueron evacuados por las ventanillas.
Las causas
El suceso ha arrojado una valoración dramática, pero pudo haber sido mucho peor. De hecho, las próximas horas serán decisivas para conocer la evolución de los tres ciclistas que se encuentran hospitalizados. Evidentemente, averiguar las causas de cualquier accidente mortal siempre son relevantes y necesarias, aunque en este caso, al tratarse de un transporte público, mucho más. El ciclista fallecido tenía 48 años de edad y nacionalidad ucraniana y el chófer del TIB circulaba en dirección a Pollença cuando perdió el control y arrolló a un pelotón formado por cuatro cicloturistas que se encontraban de vacaciones en Mallorca.
Un balance trágico
En apenas cinco días, las carreteras de Mallorca se han cobrado cuatro vidas. La cifra es tan alarmante como preocupante y una clara invitación a la prudencia y máxima atención. Hace tiempo que la Isla soporta un tráfico inasumible, una circunstancia que se agrava en puntos muy concretos de la red viaria. El pasado domingo, un motorista perdió la vida tras colisionar con un coche; unas pocas horas despés, otro motorista murió tras salirse en una curva e impactar contra una señal de tráfico. El lunes por la mañana, un joven que circulaba en un turismo se estrelló contra un autocar. Y ayer, en la carretera que une Pollença con el Port, se produjo otra muerte. Sin duda, se trata de cifras que invitan a la reflexión y también a la acción.
El ciclismo que se ha promocionado en Mallorca es totalmente incompatible con el crecimiento turístico y residencial de los últimos 30 años. La densidad de tráfico es bestial y los ciclistas se la juegan a cada salida. No se ha renunciado a nada, a ningún tipo de crecimiento, con una avaricia de país tercer mundista muerto de hambre, auspiciado por la clase política. La degradación es total y seguramente irreversible. Según Prohens, el objetivo es contenerla.