Es la pregunta que se repite en Francia tras conocer el resultado de la segunda vuelta de las elecciones legislativas celebradas el domingo: ¿Quién formará el nuevo Gobierno? Los comicios han evitado la mayoría –reiteradamente pronosticada por los sondeos previos– de la formación de extrema derecha Agrupación Nacional, que ha quedado en tercera posición. Fue un vuelco inesperado respecto a la primera vuelta, cuando fue la más votada, con un 33 por cien de los sufragios. La coalición de izquierda Nuevo Frente Popular, calificada como de ‘izquierda radical' y liderada por Jean-Luc Mélenchon, queda en primer lugar, mientras que en segunda posición queda Juntos por la República, formado por los afines al actual presidente de Francia, Emmanuel Macron. Estos resultados constituyen un alivio y abren un escenario inédito en la política gala, pero persiste la incógnita sobre la formación del nuevo Ejecutivo, que gestionará el día a día del país y también quién lo presidirá. Son preguntas que, 48 horas después, siguen sin respuesta.
Tres posibles salidas.
El primer ministro, Gabriel Attal, dimitió ayer, pero Macron, que con esta decisión gana tiempo, le pidió que siga mientras se forma el nuevo Gobierno. El presidente de la Agrupación Nacional y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, admitió su parte de responsabilidad en la derrota, pero insistió en que el avance de su partido les llevará al poder. Y el Nuevo Frente Popular designará un candidato a primer ministro para que sea nombrado y gobierne con su propio programa y no en coalición con la mayoría saliente de Macron.
La incógnita de la nueva etapa.
Caben varias salidas, que exigen renuncias y pactos, según la fórmula que se elija. En función de la solución final, Francia emprenderá una nueva etapa, que ahora mismo constituye una gran incógnita, en la que se desvelará el papel que desempeñará la extrema derecha.