Un juzgado de Palma condenó este martes a penas de cárcel e inhabilitación a la directora y la empleada de una escoleta municipal de Santanyí, por dos casos en los que sendos bebés sufrieron graves lesiones en distintos incidentes. Una de las víctimas quedó colgada por el cuello y a otro le cayó encima de la cabeza una caja de juguetes y a raíz de ello presenta una discapacidad del 36 %. Se trata de un caso gravísimo, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una guardería que dependía del Ayuntamiento. Las dos condenadas, que son madre e hija, quedan inhabilitadas para trabajar con menores durante años. Además, al margen de la pena de cárcel –que no cumplirán porque son inferiores a los dos años–, también han tenido que hacer frente a una importante indemnización económica para las familias de los dos bebés. Sin embargo, los hechos son tan graves que las compensaciones monetarias dictadas por el juzgado no sirven para reparar el daño ocasionado.
Fallaron todos los filtros.
Sea como fuere, lo que ha quedado demostrado es que todos los filtros de seguridad fallaron y que las autoridades, que debían estar al corriente de lo que pasaba porque se trataba de una propiedad municipal, tampoco actuaron a tiempo. Demasiados errores cuando se trata de bebés. No se trata del primer incidente en guarderías de Mallorca: hace unos años, la encargada de una escoleta palmesana aceptó una condena por maltratar a uno de los niños que cuidaba. En esa ocasión, un vecino grabó con su móvil la secuencia.
Vigilancia permanente.
La Policía Local y los servicios de menores municipales deben estar continuamente informados de lo que ocurre en las escoletas de la Isla, por lo que la vigilancia debe ser permanente y los controles continuos. Además de escuchar las quejas de los padres. Es el único modo de prevenir conductas inapropiadas como la que ocurrió en Santanyí entre 2017 y 2018.