María José Requejo de la Torre, padece EP0C, enfisema, escoliosis, osteoporosis, hipotiroidismo, artrosis e hipertensión, lo cual le impidió seguir trabajado como lo venía haciendo en distintas etapas de su vida como dependienta, auxiliar administrativa, cuidando casas, niños y personas mayores, lo que le supuso cobrar en blanco, «y en según que trabajos -dice- mal asegurada por el empresario… Pero es que, o lo aceptabas o te quedabas sin trabajo». Y también en negro, lo cual se ha traducido en verse en la necesidad de pedir la RESOGA que «es una paga de algo más de 600 euros, con los cuales he de hacer frente al pago de una habitación que comparto con otra persona, y que asciende a dos cientos euros al mes, una habitación pequeña, sin apenas espacio, pero en la que nos apañamos las dos. También he de comprar algunas medicinas, pues no todas entran en el seguro, he de comprar también la comida, la ropa, el calzado… Vamos, que vivo como una funambulista, con un presupuesto de unos diez euros diarios, por tanto, pendiente siempre de que no me ocurra algo imprevisto que requiera un gasto extra, pues no siempre la Asistenta Social podrá echarme una mano como ha hecho otras veces».
¿A qué se refiere cuando dice gastos imprevistos?
-A tener que comprar cosas tan simples, pero necesarias, como un cepillo de dientes, dentífrico, o algo más que he tenido que dejar de usar porque no me daba… Por ejemplo, tengo problemas con los juanetes, lo que me obliga a tener que comprar unas plantillas…. Bien, pues si no tengo ayuda, no me las puedo comprar…
María José vive en el Camp Redó, cerca de la plaza. Hablamos con ella en el parque de Can Simonet, sentados en un banco, a la sombra. Con ella se ha venido su perro, que tras olisquear a su alrededor, termina tumbándose delante de nosotros. A no mucha distancia, algunos indigentes, habituales del lugar, hablan de sus cosas.
¿Y ante la situación que tiene, qué opina?
-Pues que los políticos, que se gastan un dineral en comprar el coche oficial -ahí se refiere a los 60.000 euros que ha costado el del alcalde-, o en pensar en desarrollar grandes proyectos, según ellos, en beneficio de la ciudad, que no dudo que piensen eso y que… Bueno, que no está mal… Pero es que se olvidan de los ciudadanos que lo estamos pasando mal, con pequeñas pagas, que no dan para nada… O que se olvidan de construir viviendas para los que no tenemos posibilidades, que somos muchos, cada vez más… Viviendas que han dicho que construirán, pero de momento de lo dicho, nada. Tampoco es justo que se les pague tanto a los que llegan de fuera, incluso más que a los de aquí, cuando los de aquí, muchos de los de aquí -matiza-, necesitamos ayudas, y entre ellas, viviendas que estén a nuestro alcance… Porque, en el supuesto de que si mi casera me echara del piso, ¿qué me pasaría…? Pues que me tendría que ir a vivir a la calle, entre otras cosas porque mi paga no alcanza para ningún alquiler y también porque los centros de acogida son insuficientes, están prácticamente llenos.
Entonces piensa que menos macro proyectos y más pensar en los ciudadanos que pasan penurias económicas, habiendo trabajado durante su vida…
-Por supuesto que sí.
Dicen que entre los proyectos está el de comunicar la Plaça Major de Palma con el Parc de la Mar a través del antiguo túnel del ferrocarril, que unía la estación de la Plaça d'Espanya con este lugar. ¿Cómo lo ve?
-Pienso que todo el dinero que se van a gastar en eso, que será mucho, lo podrían destinar a construir casas para la gente económicamente débil. Porque sí, se habla de construirlas, pero… ¿Para cuándo? Por eso pienso que los políticos, en sus actuaciones, deberían tener en cuenta las necesidades de los ciudadanos sin recursos, personas que han trabajado toda su vida, pero que con lo que les queda de paga, no les basta parar hacer frente el alquiler de un piso y vivir. Por eso creo que a los políticos solo les interesan los grandes proyectos. Porque cuando miran hacia nosotros, los ciudadanos más necesitados, siempre dicen lo mismo: vamos a hacer, vamos a hacer… Pero pasa el tiempo y no hacen nada. Hablan, prometen, pero no pasan del vamos a hacer. En cambio por los menas e inmigrantes sí que hacen, prueba de ello es que unos y otros están mejor que nosotros. Se les da un techo, una paga hasta que encuentren un trabajo, cosa que algunos nunca encuentran. En cambio nosotros, los de aquí… Yo, repito, solo tengo la Resoga y alguna que otra ayuda que me llega gracias a la asistenta social, por eso he de recurrir a comedores sociales.
Por lo que nos cuenta, además de sus penurias económicas que convierten su vida en un continuo caminar sobre el alambre, del que se puede caer al menor traspiés que dé, tiene usted numerosos problemas de salud… ¿Por qué no ha pedido la discapacidad?
-La he pedido una vez, dándome solo el 30 %, a tres puntos del 33 %, que te permite recibir alguna que otra ayuda. Pequeña, sí, pero algo es algo. Ahora estoy pendiente de que me avisen para que vaya a hacer una nueva revisión, y… Pues a ver qué pasa. Porque…. Es que no tengo muchas esperanzas, por eso digo, que veremos lo que pasa. Y es que no me queda otro remedio…
Existencias precarias como las de esta señora nos dan la medida del ingente gasto público ideológico y, en concreto, el que ella detalla: correr con los gastos de convertirnos en grandes salvadores del continente africano.