El próximo lunes, en Can Tàpera, a las 19 horas, alumnos de piano de Musicasa -sólo niños, de seis años en adelante-, cuya profesora es Natalia Trofymyuk, ucraniana, de Dubno, ciudad fronteriza con Polonia, pero nacionalizada española, y residente en Palma desde hace 17 años, darán un concierto. Se trata de uno de los dos que suelen realizar cada año -uno cada seis meses-, y que nada tienen que ver con los otros que dan una vez cada mes los componentes del grupo Piano Dream Asociation, alumnos adultos de Musicasa, «concierto que solemos dar después de un almuerzo que celebramos en un hotel, donde, además de los pequeños conciertos de piano, leemos poemas, con lo cual convertimos la tarde en una sobremesa cultural».
Alumnos de más de 80 años
Volviendo al concierto del lunes, cuenta la profesora que algunos de los niños que van a clase con ella, y que participarán en él, padecen TDH, o problemas de concentración, y autismo, pero que tienen una gran motivación, la cual ponen de manifiesto en cada partitura que tocan, y si es en un concierto, con gente, mucho más. En cuanto a la partitura, elegimos la que más les gusta a ellos, pero que esté en consonancia con sus capacidades».
En cuanto a los alumnos adultos que tiene, algunos de 82 y 83 años, se suelen asombrar -dice- viendo que al cuarto o quinto mes de clase tocan muy bien las piezas, todo porque el adulto tiene capacidad suficiente para saber cómo funcionan cada una de las teclas. Además conocen piezas de grandes maestros, y encima, sobre todo los más mayores, tienen tiempo, cosa que del que carecen los más jóvenes. Por su parte, con los niños es todo lo contrario, tienen tiempo, pero no capacidad, que van adquiriendo a medida que van tocando. Me refiero a los niños no prodigios, que los prodigios lo tienen todo».
Mirando por el barrio
FERUDIPA son las siglas de la Federació d’Entitats Rurals i Districtes de la Ciutat de Palma, presidida por José Miguel de la Fuente, bombero de profesión desde hace 35 años, con quién hablamos ayer.
«Nuestra misión es la de ayudar a las asociaciones de vecinos que se han inscrito, hasta el momento cinco, con el fin de solucionar problemas que tengan lugar en su zona, problemas de todo tipo que puedan afectar a la convivencia. Problemas, por otra parte, denunciados a quién corresponda, sin que haya llegado la solución por su parte. Problemas, sobre todo, que alteran el día a día».
Falta seguridad y limpieza
De entre las barriadas más conflictivas, señala las de Camp Redó y Corea. «De los problemas que hay en ellas hemos hablado con la policía local, y más concretamente con el regidor de Seguretat Ciutadana, pero hasta la fecha nos están pasando amb cançons. Pese a ello, seguimos estando ahí, reclamando a las autoridades mayor atención, sobre todo para los barrios alejados del centro, a los que tendría que haber más presencia policial. Lo mismo decimos de la limpieza, basta, si no, ver cómo están las calles, y si pertenecen al extrarradio, peor todavía, lo cual nos ha obligado a intervenir a nosotros. Es el caso del día que con un grupo de voluntarios llevamos a cabo una operación de limpieza en Son Gotleu, sobre todo en sus zonas privadas de uso público, en las que no entra Emaya, porque deben de ser limpiadas por sus vecinos, cosa que no solo no hacen, sino que ensucian más si cabe, basta con ver cómo están ahora mismo algunas de esas zonas del barrio de Corea, que visitamos el pasado domingo».
Y es que, viendo las fotos que hicieron, está claro que el uno por el otro, la casa se queda sin barrer. No limpia Emaya, porque no le corresponde, y los vecinos, a los que sí les corresponde, tienen dichas zonas que no hay por donde cogerlas… ¡De sucias!
«Por todo ello, no estaría de más que los políticos salieran más a la calle y vieran lo que pasa. Que pasearan por Corea, o por zonas del extrarradio, y así se darían cuenta que la ciudad no es tan bonita como ellos la pintan. Por eso, FERUDIPA va a estar luchando por nuestros asociados, actuando por nuestra cuenta en acciones de limpieza, como la realizada en Son Gotleu, y exigiendo responsabilidades a los gobernantes. Somos gente pacífica, a favor del diálogo, pero también vamos a insistir las veces que sea necesario por conseguir mejoras que hagan posible la buena convivencia vecinal».