El músico James Rhodes ha manifestado su «indignación» en sus redes sociales tras recibir una cuenta de más de 30 euros por un desayuno en una empresa de hostelería de Mallorca. El ticket de lo que era «algo de picar a media mañana» ha alcanzado los 31 euros. El desayuno lo ha pedido en Cappuccino, una cadena de cafeterías y hoteles con localizaciones en Puerto Portals, Port d'Andratx, Port de Pollença, Valldemossa y Palma. Además, tiene presencia en otras ciudades españolas como Madrid, Marbella y Valencia.
A pesar de que este hecho ha sucedido en Cappuccino en Plaza de la Independencia, en Madrid, la cadena de lujo cuenta con la misma carta en todos sus establecimiento. Un vaso de zumo de naranja cuesta 9.60 euros, un croissant con chocolate 7 euros y uno simple 4.80 euros. Estas cantidades han «indignado» al pianista James Rhodes que lo ha contado públicamente. «Que día más bonito, pensé. Vamos a picar algo a media mañana - un zumito y un croissant. Pido la cuenta, y…», comienza narrando en su perfil de Instagram. «Tampoco fue especialmente rico. Me equivoco si me siento indignado?», añade.
«¿Me estáis jodiendo?», denuncia también en su historia de Instagram, mostrando una cuenta de 31 euros por dos zumos y dos croissants. El establecimiento en cuestión es Cappuccino, una cadena que, según su perfil de Instagram, se especializa en la gastronomía de lujo y la creación de ambientes exclusivos para el descanso. En su carta de desayunos, un espresso tiene un precio de 3.50 euros, mientras que su famoso Cappuccino Viennese cuesta 6.50 euros. Crêpes a 16 euros, hummus con crudités por 26 euros... y la lista de productos con precios exorbitantes no parece tener fin.
Entre sus propuestas, cuentan hasta con un gató mallorquín acompañado con helado de almendra, cuyo precio asciende a 12 euros por porción. Las reacciones no se hicieron esperar: «Qué eran 10 litros de zumo recién exprimido?», ironiza un usuario en la publicación. A lo que otro añade con sarcasmo: «los zumitos eran de naranja o habían exprimido lingotes de oro?». «Ilegal no es, pero inmoral, desde luego!», señala otro internauta, reflejando el descontento general.