Humorista, ilusionista, presentador, escritor y cineasta. Luis Piedrahita tiene más aristas que un pentágono. Su humor apunta a lo cotidiano, que es donde se refugian los grandes temas, que trata con sofisticación, surrealismo y un indudable calado existencial. Apocalípticamente correcto es su último show, un ingenioso monólogo sobre la libertad que acoge Trui Teatre este jueves, a las 21.00 h, dentro del FesJajá.
¿Qué nos depara ‘Apocalípticamente correcto’?
Es un monólogo que habla de libertad, miedo y esperanza, ¡pero que nadie se asuste!, es muy divertido. Yo diría que es un show rebozado con la harina fina del ingenio, el pan rallado de la ironía y un huevo de conocimiento.
¿Cómo sería su noche previa al apocalipsis?
No lo sé, porque no tendría tiempo de organizarme, pero si me avisarán con antelación aprovecharía para suscribirme a esas plataformas que te regalan el primer mes gratis.
¿Qué elementos del show hacen justicia a su título?
Todos. El show habla de los dos motores que mueven a las personas, el miedo y la esperanza; y El Apocalipsis tiene mucho de eso. Apocalípticamente correcto es un oxímoron. Se trata de una contradicción y todos en nuestra vida, de alguna manera, somos un poco contradictorios.
En una primera aproximación sus shows son parodias de conductas humanas reconocibles, pero pronto les imprime un matiz que los hace desternillantes en su desmesura, ¿cómo construye las historias?
Hago exactamente eso que has descrito. Me gusta partir de una idea costumbrista reconocible que sirva de metáfora de otra idea. Empiezo hablando de las autocaravanas y del café de Starbuks, pero de repente acabamos hablando de la imposibilidad de ser libre. No me interesa un chiste bueno que va de ninguna parte a ningún sitio. Me interesa que hablar de los agujeros en los bolsillos o el horóscopo sean la excusa para acabar hablando de un tema que explore la condición del alma humana.
Decía Von Karajan que la música enaltece cualquier situación, ¿y el humor?
El humor para lo que sirve, más que para enaltecer, es para hacer la vida soportable.
¿Qué sería de la vida sin humor?
Sería una asamblea del senado. El sentido del humor es imprescindible para vivir sin escozores existenciales.
En los últimos años el humor es más noticia por sus discusiones sobre él que por su valor...
Creo que nuestro país es la capital mundial del humor. Piensa que la obra cumbre de la literatura en habla hispana es una obra humorística, El Quijote. Nuestra cultura viene de ahí, de esa forma de entender el mundo. El sentido del humor es un recurso natural precioso de nuestro país. Prefiero un país con sentido del humor que con petróleo.
¿Un chiste puede ser grosero o inoportuno, pero nunca un delito?
Eso tiene que decirlo un juez y, por lo general, están diciendo que los chistes no son delito.
¿Cuáles son los límites del humor?, ¿o no debe tenerlos?
El limite del humor es el talento del humorista. Hay temas complejos que requieren un talento extraordinario. ¿Se puede hacer humor sobre el holocausto judío semanas después de la apertura de los campos de concentración? Te pongo el ejemplo de Tonino Guerra, el guionista italiano. Estuvo internado en un campo de concentración y cuando lo liberaron hizo un chiste maravilloso. Dijo: ‘Yo he estado contento muchas veces, pero la vez que más contento he estado es cuando me liberaron, que vi una mariposa y la miré sin ganas de comérmela’. El humor de calidad es el que se acerca a la poesía. El humor con más mérito no es el humor inteligente sino el humor poético.
¿Qué tipo de humor consume y con cuál se identifica?
Me gusta el humor que construye, el humor de la imaginación, de la fantasía, de la creatividad, el humor como un arma de construcción masiva.
¿Son los políticos los nuevos magos del humor?
Los políticos tienen la trascendencia que tienen las hojas de un almendro o un nogal… Hoy están en la copa, pletóricos y hermosos, pero mañana están en el suelo marrones, arrugados y crujiendo cuando los pisan.
¿De quién le gustaría tener un autógrafo?
Tengo una colección de libros de magia firmados por sus autores que me pone muy contento revisar de vez en cuando.